Cuerdas desplazadas en el agotamiento de la comunicación. Almas capturadas y tendidas
sobre de estas. Párpados revestidos de las irregularidades del asfalto sin súplica. ¿Ahora cómo
es que hacen el pavimento en esta ciudad? Las lagrimas ya no se entretienen con las grietas
para discurrir como fluviales que atendían al régimen del flujo. Ahora los conductos se
estancan y la vociferación es inútil en la proliferación parasitaria de la cultura del silencio.
Ni siquiera el reflejo cristalino de las aguas de Tulum pudo sentenciar la imagen sombreada
del concreto usurpador. Usurpador de libertad y de mis convicciones. Todos caminan sobre
de él día con día, pero nunca saben cuando estarán contra él. ¿De qué sirve traer zapatos si al
final seremos hostigados con el morro por delante?

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Cutícula
ContoRelatos acumulados y compuestos por la ficción encontrada en el deslumbre cotidiano de mi ciudad.