Escape

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Regulus Black

No se suponía que el verano se pasará así, temiendo a las disputas y encerrado en su cuarto para no ser aturdido por los gritos ni las presiones, la mitad del tiempo estaba durmiendo porque su cansancio lo comenzaba a molestar, no se suponía que debía estar alerta sobre lo que pasaba a cada minuto, no debía ver como se había arrastrado a su propia habitación, ni estar preocupado de si seguía con vida
Deseaba estar pasando su verano como una persona normal, saliendo para hacer alguna estupidez con sus amigos, pero no tenía a nadie, así no es como se suponía que debía estar viviendo.

Sirius había salido en todo el día, no lo culpaba él también quería estar en cualquier lugar menos en casa.Su hermano con frecuencia se espacapa y regresaba antes de que notaran su ausencia, cada vez que lo hacía temía que un día no regresará, si sucedía entonces tendría que batallar solo con sus padres, le preocupa que las esperanzas de que convirtiera en el heredo perfecto lo ahogaran, si de por si no podría seguirles el ritmo por mucho tiempo porque entre más se revelaba Sirius más peso caía sobre sus hombros, solo rogaba por respirar tranquilo una vez.

La madrugada se vio envuelta por el ensordecedor silencio, no se había movido ni un centímetro en horas, no podía sacar su mente del trance en el que estaba, lo único que podía hacer era estar recostado mirando hacia la ventana que dejaba pasar a su habitación el cielo nocturno, esa noche no había ni un rastro de estrellas, la lluvia las había espantado, las luces nocturnas no volvieron cuando el agua paró, se levantó decidido a irse como las estrellas se marcharon esa noche del cielo esa noche.

Intentaba distraer su mente repitiendo algunas canciones que recordaba, en particular aquellas que escuchó salir del cuarto de Sirius, todo le decía que debía irse, seguramente irían a buscarlo, no había hecho nada para ganar el premio de ser repudiado, pero no habría más oportunidades, muchos lo hacían ¿Por qué él no? Era tan fácil como salir por la puerta, dejar una nota para decir adiós para siempre y no regresar, ya no más hasta pronto como los que decía en la estación de King cross antes de irse a su pequeño refugio en Hogwarts, no quería más tranquilidad momentánea, si iba a tener paz sería por más tiempo que solo seis meses.

Empaco todo lo necesario en una mochila que había comprado tiempo atrás, porque algo en él siempre le dijo que algún momento debía cargar ligero y un baúl no lo ayudaría a escapar con facilidad. Escribió una breve nota y la dejó sobre su escritorio, miró por última vez su habitación, estaba ordenada y perfecta, era una la habitación ejemplar para un chico ejemplar, la odiaba tanto que llegó a ser ridícula su molestia. De haber podido haber cerrado la puerta de un azote, se resistió ante el impulso y se marchó en silencio de la casa, sin ser visto por nada, ni nadie.

El aire fresco de la calle le dio por fin su tan ansiado respiro,se quedó un segundo al pie de la puerta dejando todo el peso que cargaba en la entrada del infierno, sin mirar atrás corrió, corrió para ser uno con el viento, quien lo guió hasta perderse por el Londres muggle.

Las calles estaban vacías, la lluvia no solo había espantado a las estrellas, no tenía ni idea donde se encontraba parado y no tenía a quien preguntarle, seguía cambiando con la esperanza de toparse con alguien que lo guiará hasta una estación de autobuses, con suerte en el centro de la ciudad había personas a quienes preguntarles.

Con cada paso se acercaba a algún lugar concurrido, lo sabía porque veía empezó a ver gente pasar a su lado, no les pregunto sobre alguna dirección porque vio cómo lo miraban, creían que era un rarito.
Cuando el ruido de las charlas y risas fue tan fuerte que era imposible ignorarlo se quedó parado, miró sus ropas y se dio cuenta que tampoco encajaría a ese mundo, de no ser por la ropa que robo del cuarto de Sirius no parecería alguien medianamente normal.

Entre universosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora