La sala común de los hombres se encontraba un piso más abajo de las habitaciones.
Para la mala suerte de Jimin, los ascensores no estaban funcionando, así que el rubio se tuvo que ver en la penosa obligación de correr escaleras abajo.
Una vez llegó a la sala común, tomó un fuerte respiro para armarse de valor y empujó la puerta.
La habitación estaba en completa oscuridad y no parecía haber rastros de ninguna persona cerca, aún así, él tenía que estar ahí. Más le valía. pensó Jimin.
-¿H-Hola?- Una vez bastante temblorosa salió de sus labios tan pronto como puso un pie dentro. -Profesor. -llamó en voz baja. ¿Está aquí? -Al otro lado de la sala, una voz se hizo escuchar, y como por arte de magia una pequeña lámpara se encendió.
-Pensé que no vendrías, Park. Te estaba esperando. -Yoongi soltó con una sonrisa bastante ladina.
Jimin abrió los ojos del susto conteniendo la respiración.
-¿Por qué no volviste a mi clase hoy como te lo ordené? -gruñó Yoongi, alzando una ceja en dirección a su víctima.
-P-Porque me sentía indispuesto. -Jimin alzó el rostro para ver directamente a su profesor intentando no tartamudear pero falló en el intento. Realmente este hombre lo ponía de nervios.
Yoongi acortó toda la distancia que había entre ellos hasta quedar justo enfrente del rubio, en este punto, Jimin claramente podía sentir como el aliento de su maestro así contacto con su piel.
-Debería reportarte por desobecer las órdenes, ¿lo sabes?- la comisura de su labio se alzó y sus ojos estaban puestos sobre los de Jimin.
-¿Va a reportarme? -Jimin intentaba sonar lo más confiado posible. Pobrecito.
-Mmm- Yoongi lo pensó un momento. -No, esta vez no, pero la próxima tendré que darte un castigo por eso. Y la respiración de Jimin comenzó a entrecortarse, bajó las manos hasta su regazo y comenzó a jugar con sus pequeños deditos, sus piernas temblaban como gelatina, en cualquier momento se volvería loco. Y claramente Yoongi se daba cuenta.
-¿Qué pasa?, ¿te pongo ...?
-¿Ah? – Jimin abrió los ojo. Se sorprendió tanto por el comentario que ni siquiera lo dejó terminar.
-¿Qué si te pongo nervioso, Park? -Yoongi mostró nuevamente esa sonrisa ladina. Él claramente sabía el efecto que causa en el menor y amaba aprovecharse de eso. Se divertía tanto.
-¿C-Cómo no me va a poner nervioso? Si primero me cita casi de madrugada a encontrarme con usted en un lugar en el que no debería estar, después me reprende por no asistir a su clase y por último me amenaza con que me va a castigar. Claro que me pone nervioso. -dijo Jimin, mientras se mordía el labio y jugada con sus manitas para no alterarse más. Ya se estaba cansando de este juego.
-Así me gusta, Park. -Yoongi lo observó detenidamente y luego le sonrió. Claramente Jimin no entendía en ese momento a que se refería su profesor. ¿Qué le gustaba exactamente?, ¿molestarlo?, ¿Jimin intentando verse serio?, ¿él?
-¿Algo más? -Preguntó Jimin después de dar un leve suspiro.
-No lo vuelvas a dejar tirado -Yoongi extendió su mano para abrir su puño y dejar ver ese pequeño anillo que se encontraba sobre su palma.
Jimin lo tomó aún con su mano temblorosa, pero intentó desimularlo tanto como lo fue posible. -Gracias.
Yoongi lo observó detenidamente, no sabía exactamente que contestar, ya no podía decirle que le agradeciera bien y terminaran haciendo lo de la última vez, no sería correcto, no, claro que no. -De nada, Park, buenas noches.
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PROMESAS Y MENTIRAS // Yoonmin
FanficJimin, un joven de 18 años muy carismático, que desafortunadamente ha sufrido abusos en la escuela toda su vida a causa de su orientación sexual. Yoongi, es un hombre de 25 años que debido al abandono de su padre en la infancia y los constantes a...