Castígueme ahora: 02

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Fueron dos segundos exactamente los que tardó Yoongi en comprender lo que eso significaba para luego estampar sus labios contra los contrarios. Era un beso agresivo, con respiraciones agitadas, y labios mordiéndose entre sí.

Afortunadamente para ambos, en ese evento había demasiadas personas reunidas e inmersas en sus asuntos como para siquiera reconocer a alguno de los dos individuos que compartían saliva en aquella mesa, lo cual significó una ventaja porque no nos queremos imaginar lo que habría ocurrido si alguien descubría a un alumno de tan prestigioso Instituto besándose con su profesor.

Unos minutos duró el beso cuando repentinamente el azabache se separó abruptamente dejando al rubio muy confundido en ese instante, soltando un pequeño hilo de saliva a su paso cuando estos se alejaron.

Yoongi le ofreció una mirada rápida -Salgamos de aquí, Jiminnie. – le extendió su mano esperando a que el contrario la tomara y justo así ocurrió.

La mente de Yoongi estaba boqueada por la reciente exitación. Cuando decidió pedirle a Jimin que se fueran juntos simplemente se dejó llevar por el momento, tampoco había pensado a dónde podían irse, puesto que ambos vivían en el instituto, eso no era una opción y justo ese día él no llevaba auto. Las probabilidades para salir de ahí eran escasas, sino es que nulas. Así que la única opción que se le ocurrió fue en regresar al baño para terminar lo que iniciaron la primera vez.

Se abrieron camino entre la multitud, Yoongi tomando de las caderas a Jimin cada cierto tiempo para evitar que este tropezara con los cuerpos que se atravesaban en su camino. Una vez entraron, se encerraron en el primer cubículo disponible que encontraron, quedando uno frente al otro, chocando pecho con pecho y respiración con respiración. En el aire se podían oler las feromonas que ambos destilaban, como si de animales se tratara. Un último contacto visual hicieron para luego ser el rubio quien comenzara con los besos.

Besos apasionados y muy necesitados, Jimin nunca había sido besado con la fuerza con la que lo estaba recibiendo ahora, los labios del contrario eran dulces, con un ligero sabor a alcohol y cigarro que al rubio le excitaba mucho más. Los besos comenzaron a ser más agresivos, y aunque Jimin fue quien dio el primer paso, ahora el ritmo lo marcaba el mayor. Moviendo sus belfos de arriba abajo mientras pasaba la punta de su lengua entre ellos, ladeando la cabeza hacia un costado para tener mejor acceso. Todo lo anterior provocó en el rubio una ola de deseo imposible de tranquilizar que se vio manifestado en un gemido que vino a parar en la boca de Yoongi.

La mente del azabache se desconectó por completo, en él solo estaba el deseo de enterrarse por primera vez en ese culo que tanto le había gustado desde la primera vez que lo vio. Con la sangre caliente recorriendo todo su cuerpo, bajó las manos hasta la cintura del contrario haciendo que este se estremeciera al instante, juntando sus caderas con las otras, haciendo que el roce entre ambos miembros fuera exquisito, pero demasiado cruel. Demasiado cruel al tener la ropa de por medio.

El mayor no dudó ni un segundo antes de girar bruscamente de Jimin para dejarlo de espaldas a él con el rostro y el resto del cuerpo apresado entre los azulejos. El rubio no podía pensar, no podía moverse, no podía si quiera respirar con normalidad, la excitación era demasiada y su mente estaba bloqueada, y en ese mismo instante descubrió que le encantaba el trato brusco que recibía de su hyung, lo hacía desearlo más. Lo hacía quererlo dentro.

Yoongi se pegó por completo a la espalda del contrario y comenzó a dejar pequeños besos húmedos alrededor de su cuello, pasando las manos sobre su camisa para desabotonar el primer botón, jalar de ella y liberar una pequeña parte de su hombro que también rogaba por ser besada, mordida y acariciada. Con su nariz subió hasta el cuello del contrario, aspirando el aroma que este desprendía de su piel, terminando por chupar y morder suavemente el lóbulo de Jimin. Ese, era su punto débil. Jimin gimió al contacto y Yoongi ofreció una sonrisa lasciva y muy victoriosa al haber dado con la primera zona erógena del rubio.

PROMESAS Y MENTIRAS // YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora