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—¡Papá!— Ethan corrió a los brazos del rubio y este lo alzó en brazos

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—¡Papá!— Ethan corrió a los brazos del rubio y este lo alzó en brazos.

—¿Cómo se ha portado el pequeño campeón?— le hizo cosquillas.

—Muy bien, la profesora me ha puesto una estrellita en la frente— le dijo el niño emocionado.

—¿Cómo es que habla y se expresa tan bien?— le preguntó a Jacob, este sonrió y negó con la cabeza.

—Tiene cinco años no dos, Thomas— puso la mesa y le sirvió al rubio—. Estábamos a punto de comer, únete a nosotros.

—Está bien, de todos modos, ya no tengo mucho que hacer, he perdido mi puesto.

Jacob se quedó quieto—. ¿Ha sido mi culpa?

El mayor negó—. Es todo culpa mía, son las consecuencias de las decisiones que yo tomé, todo esto que está pasando, la filiación, el divorcio y la pérdida de la dirección sólo son responsabilidad mía.

—¿Van a divorciarse? Yo... n-no era mi intención, pero tú me has obligado— le dijo sentándose a su lado y poniendo a Ethan en su silla.

—Tarde o temprano se enteraría, un hijo no es algo que puedas ocultar toda la vida y Ethan tiene derechos.

—Gracias, de verdad que si por mi fuera no hubiera hecho esto, pero necesitaba el dinero, mis padres me dieron la espalda y con un hijo no me era fácil conseguir un trabajo decente.

—No te preocupes, al final me alegra, Ethan es... mi hijo, aún es raro decirlo, pero eso me hace feliz.

Terminaron de comer y Thomas salió con el niño  a jugar al jardín del condominio.

Otros niños estaban ahí y se pusieron a jugar con él y su hijo, le había enseñado a Ethan a patear la pelota para anotar goles y le prometió inscribirlo a un club.

—Mi papá es genial— Ethan estaba emocionado cuando entró a casa—. Nos ha vencido a todos en el fútbol, metió casi treinta goles.

—¡Treinta goles!— exclamó Jacob fingiendo sorpresa—. ¡Eso es demasiado!

—Verdad que sí— le dio la razón el menor, Jacob le sonrió y revolvió su cabello.

—Vete a lavar las manos y después te vas a la cama.

Ethan asintió y corrió hacia el baño, pero regreso de nuevo y le dio un beso en la mejilla a Thomas—. Buenas noches papá, te amo.

Luego corrió de nuevo hacia el baño.

—Él te adora; le hacías mucha falta.

—Creo que también me hacía falta a mi— admitió.

—Por cierto, no hay mucho orgullo en ganarle a unos niños de preescolar, pero tranquilo no te evidenciaré frente a él.

Thomas sonrió a carcajadas—. Supongo que te debo una.

—Lo haces.

—Bueno me iré por hoy, no sé si pueda venir mañana, pero te avisaré.

—Por supuesto, esperaré tu mensaje.

Thomas tomó sus cosas y se despidió. Luego, justo como había hecho Ethan, se regresó y acercó a Jacob. Abrazándole—. Gracias, por darme un hijo tan precioso.

Jacob mostró un leve sonrojo y asintió—. Gracias también.

TRAICIÓN  적응! ー dylmas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora