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Thomas tardó en reaccionar—

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Thomas tardó en reaccionar—. ¿Qué?— preguntó—. No, espera, no te adelantes, nos amamos Dyl. Olvida esto, sí, olvida lo que acaba de pasar, Jacob y Ethan ya se iban.

Thomas estaba desesperado, tomo la mochila de Jacob que estaba en el sofá y se la entregó—. Iré a verlo mañana, pero necesito que de vayan ahora.

—No, deja que se queden, de todos modos, yo ya me iba.

—¡Te quedas!— le gritó tomando de nuevo su mano—. No voy a perderte por una estupidez.

Dylan miró a Jacob y al niño caminar hasta que se alejaron de su campo de visión.

—No es una estupidez Thomas, es un hijo, al que me ha quedado claro que sí quieres.

—Es mi sangre, por supuesto que voy a sentir cosas.

—Lo sé, entonces por mucho que te ame, tú vas a querer pasar tiempo con él y a la vez con su padre y todo será fantástico, excepto que yo no lo voy a soportar.

—Tu siempre estarás en mi primer lugar— logró que Dylan se sentará junto con él en el sofá—. Te amo desde que tengo memoria.

—Pero me engañaste, y ahora tienes un hijo y yo me he vuelto un villano insultando a un niño.

—No, no eres el villano, sólo estás enojado— Thomas pasó delicadamente su mano por el espeso cabello de Dylan, acariciándolo y olisqueándolo disfrutando de su olor a vainilla.

—¡Es que no sólo estoy enojado! Me siento desilusionado, traicionado por tu engaño, decepcionando y mucho más, me siento como una mierda, siento que hay algo dentro de mi pecho que me quema, arde y no me deja ni caminar.

Dylan se había levantado de nuevo, pero tratando de no alterarse porque simple y sencillamente no estaba en su naturaleza.

—Perdón, perdón— Thomas se levantó frente a él—. Te hice mucho daño, pero no volverá a pasar.

—Por supuesto que no volverá a pasar, porque vamos a divorciarnos.

—No, Dyl, te lo ruego no hagas esto— tomó el rostro del castaño entre sus manos y lo besó, tratando de invadirlo, de poseerlo. Como siempre. Pero Dylan nunca abrió los labios ni correspondió su beso. Desesperado, Thomas pasó a su cuello, ahí donde sabía que era muy sensible.

—Ya deja esto— le dijo, Thomas lo empujo contra el sofá y se posicionó encima de él, frotándose y besándolo por todas partes—. No espera, Thomas, no quiero esto.

Hizo oídos sordos tratando de quitarle la camiseta, Dylan luchaba por impedírselo.

—¡Basta!— le abofeteó para que parará, el rostro de Thomas sangraba porque le había cortado con sus anillos—. No quise hacerlo Tommy, lo siento, yo no soy así, pero estabas asustándome— se levantó del sillón nervioso y corrió hasta el baño más cercano para tomar algunas curitas y alcohol.

Cuando regreso con Thomas este tenía una posición derrotada, se sentó a su lado y vertió el alcohol en una bola algodón y lo puso en su mejilla.

—No son heridas muy grandes— le aseguró, curándolo con delicadeza—. Cicatrizaran pronto.

—¿Y la de mi alma? ¿Qué pasará con la herida de mi alma?

—La mía también está herida, pero no hay nada que podamos hacer más que esperar a que un día por fin cicatrice.

TRAICIÓN  적응! ー dylmas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora