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—Sólo han pasado dos semanas y ya estás pensando en mudarte con él— Ki no estaba muy contento con la idea, pero Dylan rodó los ojos

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—Sólo han pasado dos semanas y ya estás pensando en mudarte con él— Ki no estaba muy contento con la idea, pero Dylan rodó los ojos.

—No fuiste tú quien dijo que la vida era para equivocarse.

—O sea, sí, pero no me refería a eso— se excusó.

—Me gusta mucho, me ha aceptado tal y como soy, pocos son los que están dispuesto a algo conmigo y lo más importante Ki, él me hace feliz, es detallista, amable, es paciente, me regala flores y chocolates y no le importa si puedo darle hijos o no.

—Vamos Ki, ¿por qué eres tan negativo?— Kaya le dio un manotazo en la cabeza—. Hace mucho que no veía a Dylan tan feliz, tan lleno de vida, con tantos proyectos para superarse, la idea de las tiendas es una locura tremenda, estoy seguro que será un éxito— Kaya dijo emocionada—. Y es un bombón, tiene un cuerpooo....

—¡Kaya!— Dylan le aventó una fresa de su desayuno y sonrió—. No te expreses así de mi hombre.

—Ves, incluso es posesivo— le dijo a Ki.

—Está bien, es un buen hombre vamos a hacerle un altar— rodó los ojos y siguió comiendo. Un hombre con bajos recursos, que tenía muchos proyectos inteligentes pero poco dinero. Ki no podía confiar en que fuera un amor totalmente desinteresado pero al final de cuentas Dylan también tenía un interés no muy sano en ese hombre: olvidar a Thomas. Esperaba que lo lograra o su amigo iba a ser muy infeliz.

—¿Sabes que es lo mejor? Ver a Thomas retorcerse de los celos— Kaya rió macabramente.

—Thomas ya no importa, Kaya— le dijo Dylan—. Estuve pensando en que al final tal vez Thomas tuvo una razón, yo no podía darle hijos y él...

—Thomas ya no importa, Dylan— le repitió Ki cortando el tema.

—Tienes razón— sonrió y siguió comiendo su desayuno, miró a Wendy corretear en el jardín y suspiró. Tal vez podría adoptar, había renunciado a Thomas, pero aún no podía renunciar a la idea de ser padre, tenía que consultarlo con Cameron, pero sabía que no se negaría.

—Por cierto, adivinen quién regresa de China— les dijo Kaya—. Para la boda de Yoongi.

—Victoria— le respondió el asiático—. Esa mujer escandalosa no nos va a dejar dormir toda la noche cuando regresé, le dije a Will que no la invitara, pero me ha mandado por un tubo alegando que es su amiga.

—Van a ser casi seis años que no la veo— le dijo Dylan—. Ni siquiera fui a su despedida, seguro que va a reclamarme— Dylan sonrió recordando a la pelinegra, una mujer bonita pero que parecía perico.

—Dios yo tampoco fui a su despedida, era demasiado latosa e insoportable.

—Nadie fue a su despedida— Ki rodó los ojos recordando a la insoportable mujer—. Bueno, Will sí.

—Y arrastró a Thomas con él— le aclaró Dylan—. Recuerdo que no quería ir, pero como le aventé un jarrón encima casi casi salió como un perro con la cola entre las patas.

—¡¿Qué?!— exclamó Kaya—. ¿Por qué?

—Oh, peleábamos mucho en ese época. Por lo de los hijos, ya saben.

—Dios, hay que dejar de hablar de esa mujer y eso mejor hay que concentrarnos en lo del proyecto de las tiendas, plazas, lo que sea.

—Centros comerciales Ki— le aclaró Dylan.

TRAICIÓN  적응! ー dylmas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora