Capítulo 3

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- Ya se acostó con ella, Irene. -Mariana dijo con los ojos llenos de lágrimas mientras fumaba un cigarrillo con fuerza. -¿Notaste cómo lo tratas? Los dos están burlándose de mí.

- Las cosas no son así. César no estaba haciendo nada.

- ¿Ah no? Ella estaba rozándolo con los pies y este cabrón no tuvo la decencia de detenerla.

Las dos estaban en el jardín de la casa y Irene la miraba con dolor, no le gustaba ver a su hermana sufrir y Mariana estaba transtornada, no intentaría tener una conversación en aquel momento. Ella lanzó el cigarrillo en el suelo, pisoteó con todas las fuerzas mientras soltaba un sollozo preso en su garganta y sacó el móvil.

- No vas a hacer eso...

- Ya estoy haciendo. -Lo puso en el oído y Irene lo tomó de su mano.

- ¿Estás loca?  ¿Quieres destruir tu vida y tú matrimonio?

- No sé que quiero. -Intentó tomar el móvil sin suceso. -Lo único que sé es que tengo que encontrarme con él y tiene que ser ahora.

- No te vas a arriesgar de esta manera. Si se entera César te va a matar y no voy a dejar que hagas esa locura. -Dijo preocupada. -Vamos entrar antes que venga a buscarte.

- ¡Quiero que César se va al infierno! -Alzó la voz. -Y sería bueno que se enterara de una vez sobre Alex porqué así va saber que no es lo único que pone los cuernos aquí.

- Cállate por Dios. -Irene la tomó por los brazos haciéndola entrar en razón. -Por lo menos una vez en tu vida escúchame. Vas a secar estas lágrimas y vamos entrar, tienes que ser superior a esta mujer, lo único que quiere es que discutas con César. ¿Vas a dar este gusto a ella?

Mariana abrazó el próprio cuerpo llorando otra vez y Irene la abrazó fuerte como si con eso le trasmitiste alguna fuerza que en aquel momento no tenía.

- No quiero entrar... -Dijo cansada.

- Piensa en Elisa, es tú hija que está adentro sin comprender la situación, hazlo por ella.

Asintió y entraron, Mariana sentía asco sólo por tener que mirar aquella mujer otra vez pero no vio a César  y Anel vino en dirección a las dos antes que llegasen a la mesa.

- ¿Dónde está?

- No tengo idea, sólo dijo que se iba al baño y volvió hecho un loco pidiendo para que cuidara a Elisa y se fue. Es mejor que vayas por él.

Los tres escucharon el coche dejando la casa, era César que ahora conducía por las calles movimentadas hecho un loco. Atravesaba los veículos, no obedecía el tráfico casi causando un accidente y siquiera lograba escuchar las bocinas. Los celos consumía su cuerpo y los ojos oscuros brillaban tanto casi dejando las lágrimas bajar por su cara. Se detuvo en la mansión y después de entrar cerró la puerta con fuerza y se fue a su recámara y empezó a tirar las cosas al suelo buscando algo en el closet sin importar de romper los perfumes, maquillajes de su esposa, sólo quería encontrar alguna dirección o número de teléfono del tal amante de Mariana que probablemente saldría muerto de la casa esta noche.

- ¿Pasa algo, don César? -Berta entró en la habitación asustada viendo el hombre hecho un loco poniendo todo abajo.

- Un hombre llamó buscando a Mariana ? -Se acercó de la mujer haciéndola asustarse. -¿LLAMÓ O NO, BERTA?

Me Dediqué A PerderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora