Había pasado dos semanas y poco a poco las cosas volvían a la normalidad. Mariana buscaba su hija en la escuela todos los días, cuidava de lo que estaba pendiente en la casa y para su propria sorpresa ya lograba tener ideas para los proyectos que necesitaba entregar a unos clientes, por eso pasaba horas en el despacho de la casa trabajando. Una y otra vez se quedaba sentada en el suelo de la habitación mirando algunas fotos que tenía con César de cúando eran novios y lloraba por un tiempo cómo si pudiera regresar el tiempo dónde era feliz.
Irene había pasado todo el día con su hermana y su sobrina en la casa, no se tocaba en el asunto de la separación y las dos hablaron del desfile que Irene sería dentro de algunas pocas semanas. En la noche César llegó para visitarlas, encontró a Mariana y Elisa dormidas en la habitación infantil, se sentó cerca de la cama para observarlas por un largo tiempo. Con cuidado tocó el rostro de su hija haciendo una carícia mientras se permitía llorar, tenía el corazón roto por su rechazo pero era el precio que pagaba por haber sido tan hijo de puta con las dos personas que eran su vida entera. Mariana tenía la respiración tranquila, el pelo estaba para trás dejando su cuello expuesto en una junción con el escote atractivo. Extrañaba sentirla cerca todas las noches aunque distante y estaba seguro que no podría amar a nadie cómo a ella.
En el viernes por la mañana César extrañó cúando llegó a la empresa y encontró Mariana hablando con Ester mientras lo esperaba, estaba dispuesta a decidir los días en que Elisa se quedaría con él. Aunque lo ignoraba creía que ya era tiempo de que hiciera algo para solucionar este problema pues la niña estaba cada día más triste y callada.
- Bueno, hoy puedes buscarla en la escuela, ya hablé con ella. -La mujer dijo sentada en el sillón de la enorme sala con él a su lado. -Hice una maleta con ropas, juguetes y todo lo que ella necesita para pasar el fin de semana, la dejé con tú secretaria.
- Está bien. -Puso la taza de café en la mesita y ella hizo lo mismo. -Mariana creo que te debo una disculpa por el día en que discutimos en la casa. No quería decir que me preocupo por tí sólo porqué tenemos una hija y tampoco insinuar que no eras buena madre. Perdóname, estaba muy nervioso, no quería que te pasara algo.
- No tengo que perdonarte. -Suspiró. -Tengo que cuidarme mejor, no te preocupes.
- Quiero que sepas que me importo contigo. -Dijo con sinceridad sin dejar de mirarla. -No quiero que nada malo te suceda porqué a pesar de todo lo que pasó siempre voy a estar aquí para protegerte.
- ¿César por qué me estás diciendo esas cosas? -Bajó la mirada sin saber que sentía adentro.
- Porqué quiero que sepas.
- Es que decirme eso sólo deja las cosas más difíciles.
- No puedo evitar, lo siento. -Negó con la cabeza pensando que estaba haciendo alguna mierda y ella apretó el bolso que estaba sobre sus piernas nerviosa con el rumbo de la conversación.
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Me Dediqué A Perderte
ChickLitCuando conoció a César Lazcano, lo único que Mariana estaba segura era que pasaría el resto de la vida siendo feliz y amada. Cualquier persona diría que tenían un matrimonio perfecto, una hija preciosa, dinero y amor... Pero la realidad era muy dist...