22.- 𝙲𝚎𝚕𝚘𝚜

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Au: Alicia en el país de las maravillas(?
Apariencia: Karmaland.

Continuación de "Ajedrez".

El juego ya había acabado y su hermana había partido lo que lo hacía poder respirar de una forma un poco más fácil y es que ni siquiera había notado que, por la leve molestia que le había hecho pasar el sombrero, había retenido la respiración por ...

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El juego ya había acabado y su hermana había partido lo que lo hacía poder respirar de una forma un poco más fácil y es que ni siquiera había notado que, por la leve molestia que le había hecho pasar el sombrero, había retenido la respiración por bastante rato, o bueno, los momentos en los que le tocaba a su hermana mover alguna pieza.

Caminaba (o más bien corría) con dirección a su jardín pero nunca perdiendo su elegancia, y la razón de que lo hacía tan rápido es por qué todos sus súbditos lo seguían y no quería eso ¡Hasta Nieves lo seguía y era a la última que quería ver!

—¡Su majestad! ¿Que le sucede?— la pequeña voz de Luzu lo hizo deterse y giro con una pequeña sonrisa.

—Solo quiero estar solo ¿Pueden...?— dejo la pregunta al aire esperando que entendieran, y agradecía que si lo habían hecho, por qué entre el híbrido de perro y el de gato los apartaron de la reina llevándolos a otro lugar.

—Algo le pasa, solo quieres estar solo cuando algo le sucede— ese voz se escuchó a sus espaldas, el azabache suspiro y giro para poder verlo.

—Me conoces mejor que nadie sombrero...— sonrió y siguió su camino pasando al lado del mencionado, este solo lo siguió —No es necesario que vengas, como dije, quiero estar solo— insistió otra vez girandocun poco su cabeza, escucho como el castaño suspiro.

—Samuel, estás así desde que llegó tu hermana... La cosa es que se que no estás así por ella, por qué ya se fue y aún sigues así de cerrado— se quejo y cruzó sus brazos sobre su pecho.

La reina no dijo nada y siguió su camino, cuando llego a su jardín pudo respirar con tranquilidad y después siguió caminando mirando las flores que rodeaban el hermoso lugar, esas rosas eran lo único que le daba color al jardín pues eran de color negro y todo lo demás blanco.

—Estas así por Nieves ¿Verdad?— fue más un murmuró que otra cosa para el azabache, pero al ser tan directo lo hizo dar un pequeño saltito.

—Claro que no estoy así por ella— se defendió frunciendo el ceño y arrugando la nariz en el proceso, al castaño no le pudo parecer más tierna esa expresión.

—Claro que si, veía que la querías matar con la mirada cuando entre con ella— se acercó y lo tomo de la cintura girandolo hacia él, el más bajo agachó la mirada negando con la cabeza —No me lo niegues, se cuándo tienes celos— sonrió con burla y quiso reír cuando Samuel levantó la mirada con un puchero —Si lo estás, ni se te ocurra decir que no—murmuro y lo abrazo haciendo que se acurrucara a su pecho.

Se quedaron un rato así, en silencio y tranquilos, disfrutando de la compañía mutua además de que les gustaba y calmaba estar juntos y de aquella forma.

Y bueno, tal vez era verdad que la reina tenía celos de una chiquilla, pero Rubén siempre le dejaba en claro que no había nadie más que él.

Y bueno, tal vez era verdad que la reina tenía celos de una chiquilla, pero Rubén siempre le dejaba en claro que no había nadie más que él

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Palabras: 531.

#Rubegetta Month 2021 (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora