Capítulo 8: El día que las flores lloraron

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"Mis pies querrán caminar hacia donde estás durmiendo, pero seguiré viviendo".

Pablo Neruda


Katsuki se encontraba en la academia de policía

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Katsuki se encontraba en la academia de policía. Llegó temprano aquel viernes, había estado muy ocupado ya que sus padres le consiguieron capacitaciones en la academia. A pesar de ser tan joven, tenía un gran físico y estaba concentrado en dar todo de sí sin importar su edad. Trabajaría duro.

Mentiría si dijera que no extrañaba las pláticas con el nerd, hacía un tiempo que estaba muy ocupado para verlo o hablar con él. Pero no le tomó mucha importancia, pues sabía que él estaría ahí.

Cuando se volvieran a ver, esperaba poder ver de nuevo su verdadero rostro, debía decirlo: era una verdadera lindura. Pero lo que más lo había fascinado, fueron sus ojos, esmeralda, tan brillantes y puros.

-Hey, Bakugo- le llamó Kirishima Eijiro, un Alfa de una importante familia de policías que había conocido desde que comenzó las capacitaciones- ¡Entremos ya!

Entonces su celular comenzó a sonar. Una y dos veces. A la tercera decidió ver quién era, ¿Izuku?

-Hey nerd, estoy ocupado, ¿puedes llamar después?-dijo mientras se apuraba a entrar.

-E-es importante...yo.- no notó nada extraño en su voz.

Kirishima le hizo señas para que se apurara.

-Lo siento, te llamo después- colgó sin más y apagó su celular.

Se adentró en la academia sin saber lo que esto provocaría.

Se adentró en la academia sin saber lo que esto provocaría

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Ya no había nada qué hacer, los Midoriya lo sabían. No se habían rendido en ningún momento, pero todas las puertas fueron cerradas. La pequeña Irumi se encontraba grave, entre la vida y la muerte. Sólo las máquinas la mantenían con vida.

Izuku y su madre se encontraban afuera de la habitación, sentados, parecía que estaban esperando. ¿Qué esperaban? ¿Un milagro o la Muerte? No sabían. No había nada que decir porque sus semblantes hablaban sin palabras: abatimiento, cansancio, desesperanza. Ya no lloraban, las lágrimas habían dejado de salir en algún punto.

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