Capítulo 11: Dile adiós a todo

130 25 4
                                    

" El hombre solitario es una bestia o un dios."

Aristóteles

Izuku se removía continuamente en el suelo, estaba teniendo una pesadilla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Izuku se removía continuamente en el suelo, estaba teniendo una pesadilla. Desgraciadamente, aquel sueño estaba compuesto de sus recuerdos más dolorosos.

Se despertó jadeando, estaba atado de pies y manos, tendido en una sábana en el piso. Estaba oscuro y su cuerpo temblaba. Se sentía desorientado, no encontraba sentido a lo que estaba pasando.

La puerta se abrió y la luz se encendió lastimándole la vista. Entonces vislumbró por fin la figura de su captor. Shigaraki tomó una silla y se sentó frente a él.

-Hola, pequeño Izuku. Mi nombre es Shigaraki Tomura y de ahora en adelante estaremos juntos.

Izuku sintió como su cuerpo se tensaba, lo que menos deseaba en este mundo era eso, aunque por otra parte no le importaba nada.

-Hey, no pongas esa cara, tú no me conoces, pero yo a ti sí. Aunque hemos dejado atrás mucho de lo que nos impedía estar juntos, aún tienes que decirle adiós a algo.- se acercó a él y le tomó el mentón con fuerza.

¿Qué estaba pasando? ¿Qué tenía que ver ese hombre con todo lo que había sucedido?

-Yo ya no tengo nada- respondió fríamente el menor.

-Sí que lo tienes, se llama Bakugo Katsuki

No podía ser verdad, ¿Incluso él se vería envuelto en este problema? Se quedó un momento mirando aquel rostro que le sonreía de forma siniestra y concluyó que no importaba. Katsuki era un Alfa rico y poderoso, estaba seguro de que se las arreglaría.

-No me importa.

-Supuse que eso dirías, así que te daré un motivo más para cooperar conmigo.

Shigaraki puso una bolsa de tela frente a Izuku y sacó dos contenedores.

Eran las cenizas de su madre y hermana.

No podía ser verdad, no podía creerlo. Era imposible, ¿Quién era ese? ¿Qué había hecho?

-¡MALDITO! ¿QUÉ LES HICISTE? NO LAS TOQUES

-Cállate, si no quieres que tiré estas asquerosas cenizas a la mierda, tienes que cooperar conmigo. Y si eso no es suficiente, añadiré las de ese bastardo hijo de perra.

Las feromonas del Alfa eran intimidantes. Izuku no tenía opción.

-¿Qué quieres que haga?

Cuando Katsuki empezaba a preocuparse por el peliverde, recibió un mensaje de Izuku:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando Katsuki empezaba a preocuparse por el peliverde, recibió un mensaje de Izuku:

Se encontraba emocionado de ver a Izuku nuevamente, tenía muchas ganas de conversar con él y se sentía intrigado acerca de lo que el chico quería hablar con tanta urgencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se encontraba emocionado de ver a Izuku nuevamente, tenía muchas ganas de conversar con él y se sentía intrigado acerca de lo que el chico quería hablar con tanta urgencia. Después de su capacitación, se dirigió al domicilio de Izuku y tocó la puerta. Cuando se abrió, se encontró con un Izuku que parecía terriblemente cansado, pero se tranquilizó cuando este le sonrió como siempre y lo dejó entrar.

Estando adentro, se dió cuenta de que habían muchas cajas en el comedor y la casa lucía bastante vacía.

-Por favor, Bakugo, siéntate.- le invitó Izuku.

Así lo hizo y puso en él toda su atención.

-Bueno, había querido hablarte de esto antes, pero estabas ocupado y no fue posible. Es mi responsabilidad como tu pareja destinada informarte de esto, porque mis acciones pueden repercutir en tu salud- Katsuki lo miraba con profunda confusión- El punto es que encontré un buen Alfa y me enamoré de él, se ofreció a ayudarme a mí y a mi familia. En este momento mi hermana se encuentra en el extranjero junto a mi madre para llevar su tratamiento gracias a él. Mi Alfa y yo nos quedamos a arreglar la mudanza y yo tenía que hablar contigo. Espero que puedas entenderlo.

Una vez más Izuku le sonrió, indicándole que había terminado. Sus palabras le cayeron como un balde de agua fría, su Alfa ardía en celos y él mismo sentía su sangre caliente de coraje. Pero recordó lo que le dijo al chico, que no iba a interferir en su vida, tomó aire y dijo:

-¿Eso es lo que quieres? ¿Estás seguro? Si es así, me mantendré al margen.

-Estoy muy seguro, seré muy feliz- otra vez esa sonrisa.

-Quisiera no perder tu amistad- le confesó Katsuki, mirándolo con ilusión.

-Yo también aprecio mucho nuestra amistad, pero no sería apropiado, quiero respetar a mi Alfa y comenzar una nueva vida. Espero que me entiendas.

Katsuki lo miró por un par de minutos y se sintió derrotado.

-Está bien, no te preocupes por mí. Buscaré marcar a alguien para que no sea tan problemático. Cuídate mucho, Izuku, si me necesitas, estaré para ti, no lo olvides.

Izuku sólo asintió y lo vio irse.

Cuando el joven rubio abandonó el departamento, Izuku cayó de rodillas y lloró silenciosamente. Acababa de venderle su alma al mismísimo demonio.

Desde el pasillo apareció Shigaraki y lo abrazó por los hombros.

-Maravillosa actuación, te voy a recompensar muy pronto.

.
.
.
.
.
.
.
¡Hola! Sólo les saludo, porque me pegan si pregunto cómo están JAJA.

Disculpen la demora, estuve editando la historia y me llevó más tiempo del que esperaba.

¡Cada vez nos adentramos más en la trama y estoy muy emocionadx!

¡Nos vemos pronto!

Atte: El Dragón Blanco 🤍.

La Muerte EsmeraldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora