Midoriya Izuku fue un joven cuyos sueños eran sencillos, pero fuertes, amaba a su familia y daba todo de si cada día.
Bakugo Katsuki fue un joven apasionado por la justicia y el bien, sus sueños eran sencillos, pero fuertes y quería convertirse en u...
"La noche entera con un hacha me ha golpeado el dolor, pero el sueño pasó lavando como un agua oscura piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo. De nuevo te levanto, vida, sobre mis hombros."
Fragmento del poema "Oda a la vida" del escritor chileno Pablo Neruda.
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La vida puede cambiar en un parpadeo, lo que hacemos todos los días, nuestras rutinas y las personas con las que cruzamos palabras. Todo cambia. Hay un punto en donde te das cuenta que los sueños son demasiado fantasiosos y que la realidad es cruel en toda su expresión. Bakugo Katsuki había atravesando esa situación.
Siempre creyó en la posibilidad de un mundo mejor, después de la partida de Izuku, no hubo tiempo para drama porque todo en su vida tomó un tono serio y sombrío. Cada vez se daba cuenta que la justicia y la igualdad eran un oasis lejano y que el destino de la sociedad actual era ahogarse agónicamente, sin derecho a luchar. ¿Cómo llegaron las cosas a un punto tan lúgubre?
Después de graduarse de la preparatoria, aún estaban intactos sus sueños y metas.
A los 17 entró directamente a la escuela policial en compañía de sus mejores amigos: Kirishima y Mina. Desde su entrenamiento previo en la preparatoria se dió cuenta cuánto asco le provocaba el régimen gubernamental, pero ahora que era un aspirante real a oficial de policía, vio con todo su esplendor cómo actuaba la policía, en su primer año participó como testigo de actos totalmente inmorales: robos millonarios, estafas de las grandes empresas (como la poderosa compañía Endevor), arrestos injustificados a Omegas y Betas, pero hubo un punto de quiebre, algo que lo sobrepasó.
Estaba asignado a un escuadrón de práctica, el más importante. Al ser el Alfa representante de la poderosa familia Bakugo, tenía una posición sumamente privilegiada. En aquella ocasión les tocaba investigar el tráfico de drogas en el norte de Japón, ahí fue en dónde Katsuki se topó por primera vez con la Liga, la organización delictiva más importante del país.
Se dió cuenta que los policías se encargaban de proteger las rutas de comercio que utilizaban para contrabandear...el problema fue que no sólo transportaban cargamentos de drogas... Katsuki encontró un camión repleto de Omegas que iban en camino a ser encerrados en los prostíbulos más importantes de Tokio. El estado en el que estaban...¿realmente debemos describirlo? Con sólo saber lo que le hicieron a Izuku podemos imaginar las condiciones tan terribles en las que estaban.
Para Katsuki era demasiado, sentía que había sido arrojado a lo más profundo del infierno...pero en el fondo sabía que él tomó la decisión. Se daba cuenta cuán ingenuo fue al tratar de hacer algo al respecto. Él no era nada. No era nadie. ¿Qué podía hacer para cambiar las cosas?
Aún con todo el peso de aquello en su corazón, de las arregló para actuar indiferente mezclarse entre sus compañeros y superiores, todo a costa de su propia tranquilidad.
