CAPITULO XLV

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Clarisa

—Ya mi niña —susurra mi madre acariciando mi cabeza—. No fue tu culpa.

Lloro con mayor ímpetu cuando dice las palabras que justamente no quiero escuchar más.

¿Cómo no sería mi culpa? Yo fui la infiel. Yo me metí con Tyler. Yo traicione la confianza de Bruce. Yo... provoque todo esto.

Y ahora por mi culpa, Tyler estaba en el hospital con una contusión en la cabeza, y Bruce... nadie sabía dónde estaba.

Lo que para todos era una pelea de instituto término yendo a mayores. Hace media hora que me entere del estado de Tyler por Evan. Después de alejarme de la pelea y traerme a casa, él volvió al instituto.

No sabía con certeza como sucedieron las cosas. Lo único que sé, es lo poco que Evan logro contarme: fue Bruce quien golpeo a Tyler con una piedra y él quedo inconsciente... cuando vieron que eso paso, le quitaron a Bruce de encima. Luego alguien llamo a una ambulancia y se lo llevaron, y hasta ahora seguía sin despertar.

Eso fue el resumen de Evan al respecto; él estaba con Jane y con su nana. Sus padre estaban en quién sabe dónde, pero parecía impórtales poco el estado de su hijo.

Mis sollozos se hacen más fuertes al imaginármelo en una cama sin conciencia, golpeado, conectado a maquinas... me abrazo a mi madre con mayor fuerza y ella sigue acariciando mi cabeza, repitiendo lo mismo una y otra vez: "No es tu culpa".

¿Entonces por qué me sentía tan culpable, madre?

Mi madre se separa de mí, limpiando mis mejillas. Lo cual era en vano pues las lágrimas seguían cayendo.

—Es mi culpa —susurro. Y ella vuelve a abrazarme—. Pude haberlo evitado.

—Las cosas siempre suceden por algo hija. No puedes culparte por lo que ellos hicieron.

—Claro que puedo. —me separo de ella para mirarla a los ojos—. Tú no viste lo que yo vi. Bruce venia por mí, y golpeo a Tyler cuando se le interpuso... —mi voz se rompe otra vez al recordar la escena.

No me quede a toda la pelea, simplemente porque Evan me saco a rastras, pero para que Tyler terminara en el hospital... me estremecía al hacerme la idea de su estado. Mi Tyler...

—Mírame Clarisa —me toma de la cara con sus manos, y aunque intento rehuir de su mirada, me obliga a verla—. No podías hacer nada para evitarlo, quizás hablar antes con él hubiera sido lo mejor, sí, aun así no podías adivinar que esto iba a suceder. Si te hubieras metido, las cosas pudieron haber acabado peor. Y Tyler lo sabía, por algo le pidió a ese chico que no dejara que te acercaras.

—Bien lo has dicho, debí haberle dicho la verdad. Si lo hubiera hecho, Tyler no... —otra vez mi voz se corta por un sollozo que intento reprimir—. Mamá enserio quiero ir a verlo.

—No Clarisa —niega firmemente—. Mira cómo estás. Ir solo te hará sentir peor, y verlo tampoco te ayudara mucho.

—Quiero saber cómo esta...

Se opone. —No.

—Mamá...

—Sabes como esta. Tu amigo te lo dijo. Si algo más hubiera pasado, ya lo sabríamos —dice, intentado que comprenda.

—Pero quiero estar con él. —aunque sabía que no la haría cambiar de opinión, insistí.

—Esta inconsciente —repite como si no lo entendería, cuando en realidad, duele cada vez con cada recordatorio—. Simplemente iras para estar sentada, eso si es que te dejan entrar. Si no lo hacen, igual seguirás sentada pero del otro lado de la puerta con la angustia de saber cómo esta y tus ganas de querer verlo, entonces te pondrás peor que estando aquí.

El mejor amigo de mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora