El mejor amigo de mi novio

CAPITULO XVIII

¿Qué es la paciencia?

La paciencia es una capacidad que los seres humanos desarrollamos a lo largo de nuestras vidas para tolerar ciertas circunstancias que nos tocan vivir. Sean buenas o malas. Siendo la segunda opción la más mayoritaria.

Generamos paciencia cuando tenemos un hermano pequeño y su único propósito en la vida es molestarte, sucede lo mismo con los primos, los sobrinos, y quien sabe, quizás también algún tío o tus propios padres.

La paciencia se vuelve una virtud, una virtud que muchos quisieran tener, o al menos así la veo yo.

En lo personal me considero una persona paciente.

Fui paciente cuando mi madre se concentro tanto en su trabajo después de la muerte de mi padre.

Fui paciente cuando mi madre me llevo una única vez a su trabajo y tuve que estar 5 horas sentada esperando, sin nada que hacer.

Fui paciente todo el tiempo posible mientras esperaba que Bruce se me declarara.

Soy paciente con Jane.

Pero de algo en lo que no tengo ni la mas mínima gota de paciencia, es que me molesten o me corrigan al momento de realizar un trabajo. Así que en estos momentos, mi paciencia no existe más.

—Lo estás haciendo mal. —repite por quinta vez consecutiva.

—Cierra la boca. Lo estoy haciendo bien.

—No la cerrare porque lo estás haciendo mal.

—Que no.

—Que sí.

—No.

—Sí.

—No.

—Sí.

—Sí.

—No.

—Ahí está. Lo reconociste. Lo estás haciendo mal.

—¿Qué? No... yo... —solté un resoplido dándome por vencida—. Déjame terminar esto Tyler para poder sacarte de mi casa como es debido.

—Uy princesa. Esa no es manera de tratar a tus invitados.

La paciencia humana sin duda alguna es una virtud, una virtud que quisiera poseer en ese momento. O un martillo. Lo que llegue primero.

En vez de responderle tome una lenta y deliberada respiración para terminar con mi parte del trabajo.

Solo tenia que terminar los últimos detalles, hacer la conclusión y pasarle la ultima revisada ortográfica.

Lamentablemente no podía pasar a la ultima parte pues Tyler llevaba media hora empeñándose en decirme que la conclusión estaba mal.

Lo cual era completamente falso. Soy buena con las conclusiones.

—Déjame ayudarte princesa —dice con petulancia antes de colocarse detrás de mi.

Al instante me levante de la silla, alejándome.

Tyler tenia aquella sonrisa que suelo ver solo conmigo, fue solo por un segundo que pude apreciarla antes de que la cambiara por su típica sonrisa socarrona antes de mirarme.

—Tranquila, no muerdo.

—Detente de una vez.

—¿Cómo puedo detenerme si ni siquiera he empezado?

—No quieras verme la cara, Tyler. Desde que llegaste solo me has molestado para atrasarme lo mas posible a terminar el trabajo. Estoy harta. Y mas harta estoy porque buscas cualquier oportunidad para tocarme.