CAPITULO XXXII

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—No comprendo qué mierda tiene en la cabeza —vuelve a repetir Jane una vez que estamos en su auto— Dudo que vengamos del mismo vientre.

Ella se concentraba en conducir mientras que Evan, quien se encontraba en la parte trasera conmigo, se concentraba en acariciar mi cabeza.

—Jane —la llamo débilmente— Solo... déjalo.

En algún lugar recuerdo haber escuchado que uno puede enfermarse por desamor, no lo creía posible; ahora no se me resultaba tan ridículo, no sabía cómo debería sentirse pero quizás esto se le asemejaba.

—¡No Clarisa! Es que él... ¡agh! —grita perdiendo el control del auto por un segundo.

—¡Jane, cuidado! —le grita Evan—. Luego puedes quejarte de ese imbécil, por ahora concéntrate en conducir, no quiero morir en un accidente de auto contigo al volante.

La mirada de Jane fulmino a Evan por el retrovisor antes de encontrarse con la mía a través del mismo, pareció calmarse.

—Clari..., enserio que no entiendo como estas tan tranquila.

—¿No lo entiendes? —le pregunto en un susurro— Tu hermano hizo lo que siempre creí que haría una vez que Bruce regresara. No me está sorprendiendo en lo absoluto su actitud.

—Pero él me dijo que... —guarda silencio de pronto. Vuelvo a mirarla por el retrovisor y noto su evidente sorpresa—. ¿Bruce regreso?

—¿No lo sabias? —indaga Evan por mí— Volvió ayer, y para no tan buena suerte de tu hermano, lo vio con Evans.

—¿Te vio con Bruce? —me pregunta Jane girando su cabeza para verme, volviendo a perder el control del auto.

—¡Jane! —grita Evan una vez más— ¡Los ojos en el camino!

Vuelve su mirada hacia al frente cuando otro auto que venía hacia nosotros toca el claxon.

—Sí, me vio con él —respondo a su pregunta después de unos segundos— ¿Pero qué importa ya? No debería de sorprenderme si ya sabía lo que haría.

—Pero... —vuelva a interrumpirse a si misma soltando un suspiro— Clari él solo esta...

—Espera —ahora la interrumpe Evan— ¿Vas a intentar defenderlo?

Ella no haría eso.

Dejo de ver el camino por el espacio entre los asientos de enfrente y vuelvo a mirar su expresión por el retrovisor, sin embargo veo todo lo contrario a lo que esperaba ver.

—Sí lo vas a defender —confirmo.

—Yo...

—¿Enserio Jane? ¿Después de lo que vimos? —pregunta Evan esperando una negativa de su parte, la cual yo sabía que no saldría de su boca.

—Es mi hermano... —comienza a decir.

—Y por eso mismo deberías saber como es. —la interrumpo.

Ninguno de los tres vuelve a hablar por el resto del camino.

—Ya llegamos —anuncia Jane deteniendo el auto pero no apagando el motor. Clara señal de que solo esperaba a que bajáramos.

—No te conozco mucho Jane... —comienza a decir Evan abriendo la puerta— ...y aunque Evans te conozca muy bien, apuesto mi homosexualidad a que ni ella te entiende en este momento.

Es lo último que dice antes de salir del auto.

Regreso a ver a Jane por el retrovisor y ella me mira apenada.

El mejor amigo de mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora