17. Poderes

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Observé detenidamente el papel con el numero de Akiko que sostenía en la mano, luego desvié mi mirada a los datos requeridos para añadir un nuevo contacto.

"Akiko"

Repetí la acción algunas veces más, hasta que Shinso me sacó de mi trance. 

- ¿Hajime?

- ¿mmm?

- No me estabas escuchando.

Le miré confundida. No me había dado cuenta de que me hablaba hasta que dijo mi nombre.

- Lo siento, pero no... ¿Qué estabas diciendo?

- Da igual, era sobre el festival deportivo. ¿Qué te ocurre? - dejó su vaso en la mesa y se giró hacia mi, alzando una ceja.

Le miré, notándome extraña. No solía abrirme a los demás fácilmente, pero a pesar de haberle conocido hacía tan solo unos días, prácticamente desde que le conocí me sentía extrañamente cómoda con él. Supuse que era por que los dos éramos bastante directos, o simplemente nos llevábamos bien.

- Bueno, es sólo que... el otro día me encontré con una antigua compañera del colegio y me dio su número. La voy a agregar, pero fui yo quien cortó la comunicación y ahora...

Shinso  se pasó la mano por el pelo, pensando en que decir.

- Agrégala, habla con ella y eso. Si merece la pena seguir con ella pues sigues, supongo.

- Si...

Agregué su número y le escribí un mensaje.

"Hola Akiko, soy Mizuki. Me gustaría hablar contigo. Que tal si quedamos algún día?"

- Por cierto, Shinso...

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Mi pierna se movía involuntariamente en un tic nervioso, mientras miraba la hora en mi móvil. Dentro de nada, Akiko llamaría a la puerta de casa e iríamos a dar una vuelta. No sabía por qué estaba tan nerviosa, pero simplemente lo estaba. Incluso Hizashi, que por cierto le expliqué la situación y me dejó salir, me preguntó si quería una tila cuando me dejó en casa y eso que es él el nervioso.

Pegué un salto al oír el timbre, respiré para tranquilizarme y me levanté del sillón para ir a abrir la puerta. 

- ¡Hola Mizu! - la rubia me recibió con una sonrisa amable y le sonreí de vuelta.

- Hola Aki... ¿A dónde iremos entonces?

- ¿Te acuerdas del karaoke al que solíamos ir con Ryuki? Podríamos ir allí.

Cerré la puerta detrás de mi y comenzamos a caminar hacia el centro de la ciudad, donde estaba el antiguo karaoke.

- La UA es un buen instituto... ¿En que curso estudias? - Akiko me miró con curiosidad.

- Bueno... antes estaba en el departamento de héroes, pero ahora estoy en el normal, sin estudiar nada en concreto todavía, las asignaturas básicas y eso.

Ella, en vez de quedarse extrañada, poner cara de preocupación o sorprenderse, asintió comprensiva.

- Problemas con tu quirk, supongo.

- Si, al principio podía controlarlo pero ahora es un desastre. Tanto que ni siquiera puedo decidir cuando utilizarlo.

- Vaya, lo siento. Aunque lo que más me sorprende es que eligieses entrar al departamento de héroes, y encima de la Yuei. No sé, no me lo esperaba.

- Ya... Supongo que tenemos que quedar más, te has perdido muchas cosas.

Las dos nos reímos, sintiendo como la tensión se disipaba. Notaba a Akiko diferente, no de mala manera, sino de alguna forma más adulta mentalmente. 

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Estuvimos varias horas cantando cantando en el karaoke y luego fuimos a almorzar algo. Eso le costaría caro a mis bolsillos, pero valió la pena. Quise sentirme siempre así de tranquila, sin tener que preocuparme por mi tío, mi hermano o en cualquier problema. Esa tarde fingí que todo iba bien, que tan solo era una estudiante adolescente normal que salía a pasar la tarde con su amiga y que solo se preocupaba por los exámenes que tendría dentro de unas semanas o por que su madre le había dicho que limpiase su cuarto. Y se sintió francamente bien.

También hablamos sobre ella por supuesto, Akiko estaba estudiando para ser héroe en otra academia y le iba muy bien. Al parecer tenía esas pecas de colores en su rostro por que estaba mejorando en su quirk, intentando mantenerlo siempre activo. No hablamos de problemas ni había necesidad, tan solo nos lo pasamos bien esas horas, riéndonos por cualquier tontería.

En la vuelta, cuando ya estábamos a una sola cuadra de mi casa, Akiko se paró de repente mientras miraba el móvil.

- Vaya...

- ¿Qué pasa Aki?

- No me había dado cuenta de la hora, llego tarde a mi casa.

- Oh, vaya.

Miré hacia donde estaba la casa de Hizashi, recordando que ya no me dejaba ir sola por la calle por los incidentes varios que habían ocurrido. Se lo había contado a Akiko y por eso me acompañaba, pero no quería que la riñeran por llegar tarde por mi culpa y quedaba muy poco para llegar a mi casa.

- Bueno, no queda nada para llegar a mi casa... Puedo ir sola hasta allí.

- ¿De verdad? ¿Estás segura?

- Claro.

- ¡Muchas muchas gracias! - Akiko me dio un fuerte abrazo - Quedamos otro día, ¿vale? Saluda a tu... A Present MIc de mi parte, ¡Hasta otra!

- Claro, ya hablamos.

Estaba segura de que quiso decir "a tu familia", pero no le di demasiada importancia al dolor en el pecho que aquello me producía y me despedí de ella con una sonrisa. Me di la vuelta para volver a casa. No quedaba casi nada, tan solo cruzar a la calle del frente e ir hacia la izquierda por una calle recta algo larga. 

Sin embargo, calculé mal creyendo que en el cruce no había semáforo y no me di cuenta hasta que una señora detrás mía me gritó que tuviera cuidado. 

De pronto mis oídos se llenaron con el retumbante sonido del claxon de un furgón. Reaccioné instintivamente cerrando mis ojos, dando por hecho que el vehículo me atropellaría en cualquier momento, y coloqué mis brazos en cruz para intentar protegerme algo. 

Pero el impacto no llegó. Confundida, abrí los ojos para descubrir que una especie de escudo color azul eléctrico se alzaba delante de mis pies, estaba doblado hacia mi dirección como si hubiera parado poco a poco el camión en esa milésima de segundo.

- ¿Estás bien, chica? Menudo susto, cruzando justo ahora. - la voz grave y preocupada del camionero me sacó de mi trance.

- ¡Buenos reflejos! 

- ¡Ten más cuidado!

- ¡Cómo mola! ¿Has visto mamá?

Miré a mi alrededor perpleja, dándome cuenta de que las voces me alagaban a mí.

- Uh. Si, estoy bien, que susto... 

Al ver que estaba a salvo, bajé mis brazos y respiré para relajarme, entonces el escudo desapareció. Me apresuré a apartarme de la carretera y correr hacia casa, preguntándome que acababa de pasar; ¿Acaso eso era mi quirk?

Un demonio entre héroes [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora