8. Sospechas

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-¿Seguro Hajime?

¿Huh? ¿Cómo sabe mi nombre?

Le miré mejor y me acordé de que ya nos conocíamos desde la prueba de acceso. Era el chico de pelo rojo puntiagudo, dientes afilados y gran sonrisa.

- Kirishima Eijiro, ¿cierto?

-¡Si!

Por un momento me pareció que sus ojos brillaban, lo cual me recordó a cuando Akiko hacía que sus ojos brillasen cuando se alegraba. Me pregunté si habría conseguido entrar en la Shiketsu tal como quería.

Sin darme cuenta, ya estábamos en la enfermería. Kirishima al dejarme allí volvió con los demás mientras Recovery girl me curaba. Las dos "escamas" que sobresalía de mis nudillos no se fueron, aunque en vez de escamas parecía hueso. Era asqueroso.

-No se lo que has hecho, pero ten más cuidado, tienes que controlarte mejor. Has forzado demasiado los tendones de tu mano.

Recovery girl me riñó algo enfadada mientras me daba unos caramelos. Yo solo asenti. Le di las gracias a la anciana por curarme, aunque me sentía cansada. Iba a irme cuando, justo cuando abrí la puerta de la enfermería, entró Midoriya con el dedo hinchado, tenía mala pinta. Iba a pasar de él para irme, pero se adelantó y habló primero, nerviosamente.

- ¡Ah! Hajime, no has podido ver los resultados pero estabas en el puesto 6... - iba a decir algo más, pero le corté.

- Bien, gracias. ¿Te importa? Tengo prisa.- no podía evitar ser borde con él, no tenía ganas de escuchar su penosa forma de hablar.

Pasé por su lado rápidamente, ignorando el hecho de que me había llamado para que no me fuera, y me fui a cambiarme. Intuí que en cualquier momento Midoriya diría algo sobre mi familia y aún no sabía como sentirme al respecto. Cada vez que intentaba centrarme en esos sentimientos, era como buscar en un profundo y pegajoso fango que no me dejaba ver nada.

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Llegué tarde al apartamento, ya que había tenido que visitar a Kurogiri para informarle. Entré y cerré la puerta detrás mia para justo después escuchar la estridente voz de Yamada.

- Hello Hello, little girl!! - canturreó. Arrugué el ceño, quería hablar con Demon lo antes posible y no estaba de buen humor.

- ¡¡Adiós adiós, viejo!! - respondí para dirigirme a mi habitación.

- Wait, espera! ¡He comprado pizza! ¿¿Quieres??

Me asomé por la puerta de la sala dónde estaba Yamada sentado en el sofá agarrando un trozo de pizza de la caja que estaba en la mesa. Me miraba con una sonrisa, seguramente quería hablar conmigo.

- ¿Me estás sobornando? - levanté una ceja.

- ¿Really? ¡No! Bueno, si no quieres pizza me la comeré yo. ¡Más para mi! - hizo un movimiento algo exagerado con la mano.

Suspiré, solté la mochila en el descansillo para después entrar en la sala y sentarme en el sillón. Estaba situado exactamente de forma que podía ver la puerta, ver la tele sin torcer la cabeza y poder alcanzar la mesa.

Agarré un trozo de pizza y lo saboreé. Supongo que podía hacer una excepción ese día y hablar un poco con él, o tal vez era la pizza. Pepperonni, deliciosa.

Un demonio entre héroes [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora