Maratón 3/4
Entré y la casa parecía aún más grande por dentro que por fuera, la verdad no me extrañaría que al igual que Sofía y Pablo, sus padres serían un mismísimo dulce de leche; lo que me seguiría extrañando sin duda alguna sería Juliana y su notoria amargura.
Juls: —Sofi, Pablo— los llamó ya que corrían por la escalera —Quiero que hagan la tarea ahora— indicó seriamente, no el grosera tono que usa conmigo obviamente —Estaré aquí abajo por si necesitan ayuda— a pesar de su ruda forma de hablar, me mataba de ternura.
Ambos niños asintieron con la cabeza y subieron las escaleras, Sofía agitaba su mano con una enorme sonrisa como diciéndome adiós, le devolví el gesto y me giré hacía Juliana y le sonreí.
Val: —Parece que a tú hermana le agrado, a pesar de ser plástica y hueca— solté una carcajada.
Juls: —Sólo porque le recuerdas a sus muñecas, no te emociones— dijo caminando hacía la que supuse sería la sala.
Caminé detrás de ella hasta que llegamos a la sala, dejó su mochila en uno de los enormes sillones negros de piel, me senté y puse mi bolsa en mis piernas, sacó el enorme paquete de hojas y lo dejó caer en la mesa de cristal del centro de la sala.
Juls: —Ya vuelvo— dijo y salió por dónde habíamos venido.
Me acerqué a la mesa y tomé la guía, tomé de nuevo mi bolsa y un lápiz para poder contestar mientras Juliana volvía.
Las preguntas para mi eran fáciles, así que comencé con la primera hoja, rápido la terminé, la segunda hoja igual.
Juliana pasó por el umbral de la puerta en su brazo derecho cargaba un par de libros y con la mano derecha tomaba un ¿cigarrillo? Llevó este a su boca y succiono de este.
Juls: —Ten— dijo entregándome los libros para después exhalar el humo, yo sólo la miraba incrédula.
Val: —Vives con dos pequeños— me puse de pie y caminé hacía ella — ¿Y fumas dentro de la casa?
Juls: —No es algo que te incumba— volvió a llevar a su boca el adictivo cigarrillo para después lanzarme el humo en la cara.
Val: —Juliana…—dije seriamente —Si tú eres una amargada y quieres acortar tú vida con eso…— le arrebate el cigarro de las manos —no te lleves entre las patas a tus hermanos— apagué el cigarrillo en la suela de mis zapato.
Juls: —Devuélvemelo — ordenó molesta.
Val: —Claro— con un simple tirón lo partí a la mitad y lo puse en la palma de su mano. Cerró con enojo su mano y volteó a verme asesinamente.
Juls: — ¿Por qué no desapareces de mi vida?— dio un paso hacia mí para pronunciar con furia.
Val: — ¿Seguro que…— di un paso hacía ella reduciendo nuestra distancia a Cero. —…Quieres que desaparezca?—
Nuestras respiraciones se mesclaban debido a nuestra cercanía y nuestras miradas estaban tensamente conectadas, nuevamente yo tuve la iniciativa y al contrario de la última vez, Juliana no tardó en responder mi beso, pasé mis manos por su cintura dejándolas en su espalda para así atraerla aún más a mí, su lengua sin pudor alguno entró en mi cavidad, la recorría libremente y sin duda me encantaba. Me besaba de una forma tan intensa, que simplemente me atontaba; sus manos masajeaban mi cintura cuando una pequeña risa hizo que nos separáramos bruscamente.
— ¡Si son novias!— dijo Sofía sonriente tapando su boca con sus pequeñas manos como tratando de retener su risa.
Volteé apenada a ver a Juliana quien estaba roja, no sé si por la pena o por el coraje; siendo sincera me asustaba un poco.
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¡Ay, ay, ay! 🔥🔥 Sofía eres cuchi pero llegaste en un mal momento 😂😂
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