Maratón 5/5
Lunes en la mañana..
Narra Juliana
Juls: — ¡Corran, corran, corran!— grité mientras bajaba corriendo las escaleras acomodándome la chaqueta.
Sofía: — ¡Pero aún no estoy lista! — Me giré para verla quien traía un cepillo para el cabello en las manos — ¿Me haces una coleta como las que me hace Valentina? — ellos aún no estaban enterados. Solo creían que Valentina estaba en casa de su madre.
— ¡Juliana tengo hambre! — escuché a Pablo desde la cocina.
Juls: —Dame el cepillo— le dije a Sofía y me lo entregó —Ahora ven— le dije mientras caminaba hacia la cocina —Saca leche y cereal, no hay tiempo para otra cosa— senté a Sofía en uno de los bancos de la barra, intente cepillar su cabello y hacer una coleta — ¡Listo!
Pablo: —Juliana no hay leche— maldije por dentro
Juls: —Entonces jugo.
Sofía: —No comeré cereal con jugo ¡Ew! — se quejó.
Pablo: —Yo tampoco.
Juls: — ¡No iré a comprar leche ahora! ¡Está claro! — Dije con desespero —Coman cereal y punto.
Sofía: —Ya quiero que llegue Valentina— susurró mientras comía el cereal sin ganas. Pablo concordó con ella y asintió con la cabeza. Tendría que hablar con ellos esta tarde.
Juls: — ¿Ya? — pregunté pero más bien fue una orden. Ambos se pusieron de pie, Pablo corrió por las escaleras para buscar su mochila. Caminé a la puerta con las llaves en la mano.
— ¡Es horrible! — gritó Sofía
Juls: — ¿Que es horrible? — pregunté volteando a verla
Sofía: — ¡Mi peinado! — gritó una vez más antes de ponerse a llorar
Pablo: — ¡No encuentro mi mochila! — ahora gritaba desde arriba.
¡Esto no podía estar pasando! Habíamos vivido más de dos años solos, sin la ayuda de nadie y ahora al irse Valentina todo parecía desequilibrarse y ya estaba al borde de la locura.
Juls: — ¡Pablo en la sala! Yo que se ¡búscala! — me agaché para quedar a la altura de mi hermana. —No es horrible, siempre luces hermosa. — le sonreí tratando de tener toda la paciencia del mundo.
Sofía: —Llama a Valentina — dijo entre llanto
Juls: —No Sofía.
Sofía: —No quiero salir así— su llanto aumento al igual que mi desesperación y enojo.
Juls: —Mira haremos esto... llegamos rápido con Ali y ella te peinara ¿Sí? — sorbió por la nariz y limpió sus lágrimas con la manga de su suéter.
Sofía: — ¿Y por qué no Valentina?
Juls: — ¡Porque no! — grité ya cansada de que la mencionara, Sofía se asustó ante mi fuerte tono de voz y una vez más se volvió un mar de lágrimas.
Pablo: — ¡La encontré! — finalmente llegó con su mochila.
Juls: — ¡Al auto ahora!
Narra Valentina
Bajé del taxi nerviosa, la simple idea de verla y no poder acercarme a ella, de no poder abrazarla, no poder besarla era aniquilante para mí. ¿Su próxima pareja seria Alejandra? "Tal vez hasta ya lo sean" pensé y unas ganas de llorar me inundaron. Se me rompería el corazón verlas caminar juntas.