-- Es un milagro que estés vivo... -- Murmuró YoonGi, que aún no se podía creer el hecho de poder ver al alfa más joven con sus ojos abiertos y respirando.
Había tenido que hacer un vuelo de varias horas para ir a verle, una tortura hubiera sido menos dolorosa, no saber si cuando se bajase del avión iría a recibir un mensaje o llamada diciendo que el cuerpo de Jeon no había resistido era algo que lo había tenido aterrado.
Pero no, ahí estaba el joven que tanto quería, respirando en aquella camilla de hospital; eso sí, con demasiado cables y tubos en su persona.
-- Preferiría a estar muerto, YoonGi. -- Fue lo que dijo con su mirada perdida en las sábanas blancas. -- Mi única razón para vivir era buscarle, traerle de vuelta, tenerle en casa conmigo y en algún momento reírnos de esto. Ya no, él nunca más estará. --
Antes de que el pálido pudiera debatir algo ante aquello, Hwang sollozó. -- Kook... ¿Estás seguro? T-TaeHyung no moriría tan fácil... -- Intentó animar, pasando la mano por la espalda de HyunJin, que estaba sentado a su lado en las sillas frente a la camilla.
-- Sé lo que sentí, y te aseguro que no es comparable a cualquier dolor que conozcamos. Incluso el médico lo dijo, mi lobo ha sido el que ha sufrido el mayor daño, creando un desajuste en mi cuerpo que tendría que haber llevado a la muerte, pero no, por alguna razón no... --
No estaban siendo los mejores momentos desde luego. Tenía que hacer algo, no podía abandonarlos de nuevo como si nada. La realidad es que la situación le aterraba, él ya no podía cuidar de JungKook como tal, su amigo era un alfa adulto, si acababa muriendo o no por hacer estupideces, estaba fuera de su manos; pero HyunJin no, ese chico joven lo tenía en ascuas.
Había sufrido la partida de sus padres, encontrarse con su progenitor y que lo intentase asesinar, confió en el amor y cariño de TaeHyung y se le fue arrebatado; y ahora Jeon estaba en el limbo. Aún no se tenía demasiado claro si siquiera iba a poder salir del hospital pronto, por ahora no desde luego.
-- JungKook... ¿Por qué no venís a Canadá? Mimi y yo tenemos espacio de sobra en el hogar mientras encontráis lugar, allí podemos cuidaros, puedo teneros cerca; aquí ya no hay nada que hac- --
-- ¿No hay nada que hacer? ¿Seguro? Porque yo pienso encontrarlos y volarles la cabeza aunque sea lo último que haga. -- Masculló el azabache apretando su mandíbula, la vena de su cuello hinchándose. -- ¡Si hace falta me exploto yo en pedazos con tal de que los malnacidos esos también lo hagan! ¡No puedo vivir así! ¡Si no he muerto ha sido para hacer justicia por él! ¡No puedo sin TaeHyung! ¡No quiero! ¡Los voy a matar, los voy a- --
-- ¡Jeon, tranquilícese, sus pulsaciones! -- Un enfermero había entrado por la puerta abruptamente, acercándose hasta el nervioso alfa que se removía sin remedio alguno.
En un solo instante ya habían tres trabajadores más en la habitación inmovilizando al muchacho, que parecía más ido que otra cosa. Dolía, quemaba como el mismo infierno estar viviendo esta situación. YoonGi, tenía uno de sus brazos por encima de los hombros de HyunJin, que se estaba refugiando entres sus brazos mientras lloraba.
Con bastante esfuerzo, habían conseguido tranquilizar a JungKook con unas mascarilla y sedante, por fin la máquina había dejado de pitar al estar encontrándose estable. Los ojos del mismo se cerraron un poco, y su mejor amigo pudo jurar que incluso casi se habían apagado. Le habían drogado, porque sino sería complicado mantenerele sereno. -- ¿Es usted familiar? -- Inquirió el primer enfermero que había entrado; y claro que el pálido asintió con el corazón en un puño.