Residencia Keisuke 1.2

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Chifuyu comía cualquier cosa que se encontrara por la mesa del salón en la fiesta; gusanitos, pizza, hamburguesas, alcohol en todas sus formas posibles (cerveza, vodka...)...

Resulta que su querido novio le había invitado a una fiesta de su mejor amigo de la infancia, y sin poder evitar acceder ante la mirada dorada y suplicante de su novio fue. El rubio estaba comiendo hasta que un chico más alto que él, con una cicatriz en el labio se le acercó para pedirle tímidamente que le cogiera comida. Al principio no le hablaba y se podía ver a kilómetros que el chico quería decirle algo. Chifuyu pensando que le iba a atracar le rogó que no le hiciera nada, o bueno, a su alocada manera.

—Cuidado conmigo que mi novio es un pandillero, perra. Me he quedado con tu cara— espetó agresivamente.

—¿Eh? Perdón si te he asustado— se disculpó Hakkai— quería solo una porción de pizza, pero como estabas tú quería pedírtelo, lo cogeré por mi cuenta...

—¡Lo siento muchísimo, de verdad! Ay Dios, es que como eres tan alto y fornido y...— empezó a balbucear el rubio, sintiendo que necesitaba justificarse.

—Tranquilo, estoy acostumbrado.

A partir de ahí empezaron a charlar y a hablar de cualquier cosa, como por ejemplo cualquier chisme que supieran de las personas que estaban en la fiesta. Su pareja estaba con la del otro charlando y bebiendo, así que no tendrían que aguantarlos por ahora. Al final se dio cuenta que, por mucho que lo pareciera, Hakkai no era un delincuente, si no que quien lo era es su novio, como Baji. Hakkai era un algodón de azúcar que necesitaba amor y protección, un gatito asustado perdido en una gran ciudad que busca el lomo de su mamá gata para protegerse y acurrucarse, según Chifuyu.

Tiempo después su novio (el pelinegro) ya un poco borracho fue a por él, buscando atención y mimos.

—Fuyu, ven aquí y dame besooos~.

—Baji apestas a alcohol, vamos a tu piso.

—No quiero— dijo como un niño.

—Me la pela.

—Bailemos, me apetece mover un poco las nalgas.

—¡Oye!— exclamó el rubio al ser literalmente arrastrado por el mayor a la pista de baile.

Fue agarrado por la cintura mientras que Baji rozaba su boca por su cuello, haciéndose notar su respiración. El mayor movía su cuerpo con experiencia, parecía un maestro en el ámbito del baile.

El menor se dejó llevar muy poco a poco, mientras que empezó a mover tímidamente las caderas para ir soltándose el pelo y dejarse llevar por el ambiente.

Baji se emocionaba cada vez más, apegando a Chifuyu más y más a él, poniéndolo nervioso.
Al rato empezaron a intercambiar los besos, y pequeñas caricias. El ojidorado empezó con su fetiche de mordidas.

—Estás como paco—. Soltó Baji.

—¿Como Paco?— se extrañó.

—Como pacojerte.

Ay no... ya empezó las frases baratas para ligar, típicas de un tipo como Baji. Él se sabía todas las frases y no dudaba en decirlas para poner nervioso al menor.

Chifuyu ya estaba un poco acostumbrado porque Keisuke se las solía decir a menudo, pero al estar bailando apegado a él, con la voz ronca y un poco ebrio, era una ocasión distinta.

—"Ni bañándome se me quita todo lo sucio que quiero hacerte."

—"Ni en mil maneras de morir aparece como me muero por ti."

Vecindario - Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora