Residencia Shiba 1.4

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Recomiendo escuchar "Knock Knock" (la canción de arriba) para mejor "experiencia".

La puerta se cierra a las doce.
Por favor apresúrate.
Toca, toca, toca, toca a mi puerta.
Toca, toca, toca, toca a mi puerta.
Por la noche dentro de mi cabeza la puerta se abre.

Necesito a alguien.
¡Alguien más!

Te sigues demorando.
Estoy esperándote sólo a ti.
Toca, toca, toca, toca a mi puerta.
Toca, toca, toca, toca a mi puerta.

Probablemente seas otro playboy.
Tal vez otro chico malo.
Necesito un poco de seguridad.
¡Toc, toc!

Hakkai se encontraba en su casa, acurrucado en su cama mientras que maldecía con insultos y deseos malévolos a su hermano Taiju. No le malinterpretéis, seguro era una chorrada todo su enfado.

Hoy era el día de la fiesta, aquella que Mitsuya le invitó, pero al preguntar a su pariente sobre su aprobación estalló en cólera y le prohibió rotundamente ir a él y a su hermana, aparte de haberles confiscado sus aparatos electrónicos para no comunicarse con nadie por si las moscas. Realmente no le enfadaba que no pudiera ir, si no toda la ilusión que tenía por pasar un buen rato.

Realmente era exasperante ver cómo los efectos del alcohol habían afectado a Taiju. Antes todo iba a mejor; había mejorado las relaciones con sus hermanos y mantenían un vínculo unido, siendo un buen hermano mayor y haciendo florecer un vínculo con raíz fuerte, pero cayó en la tentación y volvió a quedarse enganchado al alcohol. Le afectó en ámbitos de salud (física y mental). Pegaba sin piedad a Hakkai, y Yuzuha se salvaba por la promesa que hicieron.

La música que salía de sus audífonos era su única distracción, si acaso lo era, porque sólo podía pensar en la fiesta y en la mierda de vida que tenía. "Knock Knock" de Twice le acompañaba en su viaje astral, navegando por las olas del océano llamado frustración, que era en realidad una tormenta con enormes olas golpeando y abatiendo su pequeña balsa hecha de madera y con un solo remo.

Hakkai no sabía cómo, pero esperaba en algún momento que Mitsuya viniera y le sacara de esa casa, llevándolo a disfrutar de su juventud. Sentía la necesidad de seguridad, y sólo la obtenía con el mayor al lado, incluso si se tuviera que ir de su casa dejando todo atrás, excepto a Yuzuha.

Llama a la puerta de mi corazón y ábrela.
¡Toca fuerte, bam, bam!
¡Una vez más, bam, bam!

Cariño, toca, toca, toca, toca, toca a mi puerta.
Toc, toc, toc, toc, toc.

No será tan fácil abrirla.
¡Di que eres mío!

Vuelve mañana y el día siguiente, estaré listo y esperaré.

Cariño, toca, toca, toca, toca, toca a mi puerta.
Toc, toc, toc, toc, toc.

¡Quiero seguir escuchando!
Toca a mi puerta.

Se maldecía por no saber cómo reaccionaría Mitsuya al notar su ausencia, ¡él le había prometido que iría! ¡Taka-chan le odiaría! Él era una marioneta manipulada por el titiritero Taiju, siendo hechizado por los efectos del alcohol y el desgaste mental. La impotencia ahogaba su cuerpo; sentía un nudo en la garganta que le hacía difícil tragar, le dolía la barriga por un sentimiento desesperante y cada vez que movía una parte de su cuerpo temblaba. Tenía miedo de salir de su burbuja y volver a la realidad con su hermano, tenía pánico.

Vecindario - Tokyo Revengers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora