Asfixiado

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Después de darme un breve baño me acosté a repasar mi día: Eduardo me había hablado, Theodore se me había confesado, Había vuelto a ir a una fiesta, Casi me violan en esa fiesta, Eduardo me salvó, Eduardo me llevó a su auto y habló otra vez conmigo, Lloré frente a él, se disculpó, se me declaró, yo también le dije sobre mis sentimientos, me besó, yo lo besé, me trajo a mi casa,  ¿Realmente estoy despierto? Aunque hay otra pregunta, una que me asusta, ¿Qué irá a pasar mañana? Tal vez si me duermo pueda descubrirlo más rápido. No, la verdad no me apetece dormir, pensemos en el hecho de que lloraste frente a Eduardo. Gracias cerebro, era algo que obvio necesitaba recordar, el como me vio tan vulnerable, no puedo creer que haya llorado frente a él, que patético, ¿ahora como lo miraré a la cara mañana? ¿De verdad él querrá verte mañana? Que estás intentando decir? No lo sé, solo que puede ocurrir como la vez anterior, además, aún sigue con Amber, ¿lo olvidabas? No permitiré que seamos el cuerno. Tienes razón cerebro, no podemos ser el cuerno, no, yo tengo amor propio. ¿Me vas a engañar a mi? Está más que claro que si él te lo pide serás el cuerno. Eso es algo que tú debes evitar.

Y así, se hicieron las 4 de la mañana, cuando por fin mi cerebro dejó de decirme cosas y entretenerme, y que muerto del cansancio pude aunque sea cerrar los ojos un momento, para luego volverlos a abrir y volverlos a cerrar intentando dormir.

-Ahora quiero que me expliques el porqué ayer tú y Miller se fueron juntos -y ahí vamos con el interrogatorio.

-¿Ahorita? Tendremos clases Julieta.

-No te salvarás.

No lo vi durante clases, él se sienta mucho más atrás que yo, por lo que solo le dirigí una sonrisa al llegar, él la respondió solo que más rápido que la mía.

-Ahora sí, cuéntame -al terminar las clases Julie me arrastró a fuera por lo que tampoco lo pude saludar.

-Bien, te lo resumo, casi, casi me violan -me miró sorprendida -no sé como, pero él se enteró, fue hasta donde yo estaba, y alejó al hombre de un golpe, luego me llevó a su carro, y hablamos, él se disculpó conmigo, que era un idiota, y yo le dije que pues si le correspondía a sus sentimientos y me besó, pero yo me alejé porque tenía mucho miedo, y luego lo vi y lo besé de vuelta y luego nos encontramos con Theo, quien me había dicho en la mañana que yo le gustaba, y tuvieron una pequeña discusión y luego entramos, te dije y me llevó a mi casa.

-No me lo puedo creer, es todo un celoso y protector, quien lo diría -la vi con fastidio -¿que le dijo a Theo?

-Que donde estaba él cuando eso pasó, que porqué no estuvo para protegerme -tal vez tampoco quería dormir anoche porque cada vez que cerraba los ojos volvía a revivir ese momento, y la única forma de calmarlo es mirando esos ojos marrones tan intensos que me dicen que todo estará bien.

-¿Cómo estás tú? ¿Quieres que le diga a Mel? Ella podrá ayudarte.

-¿Cómo estoy? No puedo cerrar los ojos, no pude dormir, yo, me sentí asfixiado, tuve mucho miedo, no quiero ni pensar en que hubiese pasado si -no pude continuar.

-Está bien, todo salió bien, él estuvo ahí, él te salvó, no pasó a mayores -Julieta me abrazó y yo le regresé el abrazo, empecé a respirar profundo -le diré a Mel para que lo hables con ella ¿si? -yo asentí -estarás bien, tranquilo -empezó a acariciar mi cabello, en un momento apretó el abrazo y yo solo quise alejarme -disculpa, soy yo Liam.

-Lo siento -vamos Liam, no llores -lo siento.

-No es tu culpa, no es tu culpa -sonó la campana que indicaba que debíamos volver, pasé una mano por mi cara, al entrar noté como Eduardo me miraba un poco preocupado, también noté que se había sentado super lejos de Amber, me senté en mi puesto, no hablé con Julieta, nos quedamos ahí en el siguiente receso, y al salir de clases fui a la biblioteca -Hablaré con Mel -fue lo último que escuché que dijo Julieta.

-Sabía que te encontraría aquí.

-Yo quería que me encontraras -seguía sentado abrazado a mi bolso.

-No sé si preguntar ¿Cómo estás? porque sé que no debes estar muy bien, o preguntarte como sigues, pero voy a preguntar ¿Quieres que me quede? -dijo con cautela aún un tanto lejos.

-Por favor -más tranquilo se sentó a mi lado.

-Me dices si estás incómodo o algo -no lo dejé continuar

-Solo necesito verte a los ojos para saber que todo está bien -me volteé a verlo, luego volví a mirar a la mesa, después de un tiempo no pude aguantarlo más-fue mi culpa, yo no debí de haber bailado así, fue mi culpa, no debí de vestir así, todo lo que me pasó fue mi culpa -ya había empezado a llorar otra vez.

-Brown, no es tu culpa, tú dijiste que no, él debió de haber entendido, no importa como te veías, no importa el como bailabas él no tenía que sobrepasarse contigo solo por eso -yo lo vi -déjame abrazarte ¿puedo hacerlo? -yo asentí, se acercó a mi y me rodeó con sus brazos delicadamente -no es tu culpa, no lo es, en todo caso yo no debí de haberme ido, tal vez si me hubiese quedado tu no tendrías que pasar por esto, lo hubiese evitado, discúlpame, si tan solo no fuese sido un idiota -me aferré a él.

-Gracias por llegar, gracias por sacarme de ahí, no pude dormir, no bien, no quiero cerrar los ojos, cada vez que lo hago recuerdo la sensación tan asfixiante, sentía que no podía respirar, lo recuerdo a él, siento sus manos -él se separó y puso sus manos en mis mejillas e hizo que lo viera.

-Ya todo está bien, no te va a volver a tocar Liam, no voy a permitir que otro chico te toque, no sin tu permiso, claro, estoy aquí -lo volví a abrazar -estoy aquí.

Pasamos toda la tarde en la biblioteca, tan solo abrazados, yo llorando y él diciéndome que todo estaría bien, nos fuimos cuando ya eran casi las 6, él me llevó a mi casa aunque nos quedamos en su auto un gran rato.

-No quiero dejarte aquí, no solo.

-Pero te tendrás que ir en algún momento y yo no lo he hablado con mi madre.

-No quiero que te quedes aquí, cualquier cosa podrás llamarme, lo sabes ¿cierto? -yo asentí -si me necesitas solo llámame.

-Yo estaré bien -tomó mis mejillas con sus manos y nos miramos.

-Todo estará bien -yo asentí y él me dio un beso en la frente.

Todo estará bien, entré a mi casa y me encerré en mi habitación, tal vez mañana hablaría con mi mamá, aunque ahora que lo pienso, debí de haberle pedido que se quedara.

Absurda rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora