¿Realmente somos algo?

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-Nos vemos en la biblioteca Liam

-Está bien, allá nos vemos.

Vi como Julie se iba, el encuentro iba a hacer en la biblioteca, pero iríamos al salón del día anterior, Mel ya había pedido el permiso. Eduardo y yo salimos del salón después, tengo que admitir que me ponía algo nervioso lo de hoy, él estaba ayudándome a calmarme.

-Va a salir todo bien, saldrás bien de todo esto, Melany es tu amiga, ella te ayudará, además, estaré yo ahí -buscó mi mirada (yo estaba un poco cabizbajo) él me sonrió, no pude evitar devolverle la sonrisa.

-Es cierto, estarás conmigo, ¿Qué podría salir mal contigo a mi lado? -él ríe.

-No sé que podría salir mal estando juntos.

-Debimos de haber estado así mucho antes -nos levantamos de nuestros puestos, él toma mi mano.

-Quise estar así desde mucho antes Liam.

-Realmente no parecía.

-Si bueno, no sabía como acercarme a ti, era solo un niño mimado quien siempre tuvo lo que quiso.

-Yo quise ser tu amigo.

-No siempre fue así, no cuando llegué.

"Oye, ¿quieres ser mi amigo? Mis padres tienen mucho dinero, son profesores, yo tengo la última edición de la revista de juegos, si eres mi amigo también la podrás tener tú. -dijo el pequeño niño al otro que lo miraba de forma no muy agradable.

-No, quiero ser tu amigo -expresó un tanto molesto -mis amigos son mejores, no como tú -y se fue dejando al otro solo.

-Pues si son tus amigos, los haré mis amigos, así tú serás mi amigo -el niño habló para sí mismo y se fue de ahí."

-Es que, ¿Quién se presenta así?

-Lo sé, sé que no fue la mejor forma de pedir tu amistad, pero debes entender que mis anteriores amigos los conseguí así, y por eso los perdí a todos luego -no sé que decir -pero bueno, en el ahora estamos juntos, es lo que importa, ¿no? -yo sonrío.

-Claro, pero ¿realmente estamos juntos? 

-Sé lo que estás queriendo decir Brown -dice serio, pero lo veo sonreír -creo que podremos hablar de eso más tarde, si te parece, claro -me ve aún sin quitar la sonrisa.

-Sí, me parece, podemos hablarlo más tarde.

Llegamos a la biblioteca donde estaban Mel y Julie esperándonos en una de las mesas.

-Estaré esperando por aquí -Julie se pierde entre unos estantes.

-Está obsesionada últimamente con las novelas de misterio, ha encontrado unas cuantas, lo que me sorprende.

-¿No se supone que son libros para las clases?

-Si bueno, hay varios que no lo son, al menos no directamente.

Llegamos al mismo salón del día anterior, realmente estaba muy nervioso, no le había contado a nadie lo que había pasado, no a detalles, justo y eso me estaba pidiendo Mel.

-No hay presión, puedes tomarte el tiempo que necesites -me sonrió con dulzura, Eduardo acariciaba mi espalda, respiré profundo unas 3 o 4 veces.

-Bien, estoy listo -respiro hondo nuevamente y suelto el aire en un suspiro -yo estaba en una fiesta, bailando, también estaba bebiendo, y estaba intentando seducir a un chico que me estaba mirando -iba haciendo pausas -el chico se fue, yo no me di cuenta, siento que alguien me agarra de la cintura, y me lleva a un pasillo -trago duro -pregunté si era el chico, el señor me dijo que podía llamarlo como quisiera con tal de -tuve que detenerme -con tal de que dejara que me -abrí los ojos cuando sentí un apretón de manos, no me había dado cuenta que los había cerrado -con tal de que dejara que me follara -sentía mi corazón latir rápidamente, de reojo vi como la mandíbula de Eduardo se tensaba, hice todo mi esfuerzo para poder continuar sin llorar -le dije que el baile no era para él, que me soltara, pero no me hacía caso, él -vuelvo a respirar profundo -él solo se acercó más a mi, me tocaba -las lágrimas empezaron a salir sin que yo pudiera evitarlo -también me besó en el cuello, se restregaba a mi, era tan asqueroso y asfixiante, pude sentirlo -era como estar ahí otra vez, en ese pasillo, Mel iba a hablar pero yo hablé primero -déjame terminar, por favor, déjame terminar de hablarlo, no creo soportarlo más.

-Sí es muy complicado para ti no tienes que seguir Liam, lo sabes.

-Yo debo seguir, debo hablarlo, para ver si así, de una vez por todas puedo dormir, para que tal vez, el recuerdo del sujeto me abandone, en las noches cuando intento dormir siento como si otra vez estuviese solo, en ese oscuro pasillo, a veces despierto asustado por un roce cuando solamente es la sábana con la que me cubro, dejo de dormir, intento pensar en otra cosa, por momentos lo logro, pero vuelve a mi como un boomerang.

-Estamos contigo -lo miro, sé que realmente quiso decir "estoy contigo".

-En ese momento yo realmente pensé que pasaría, que ese hombre me tomaría a la fuerza, que haría conmigo esas cosas que susurraba al oído, era mayor que yo, mucho más fuerte y parecía desesperado, iba a desabrocharse el pantalón ahí mismo, cuando alguien lo aleja de mi, escuché un golpe y alguien que se caía, como intentaban detener a la otra persona diciendo que no valía la pena, abrí los ojos y ahí estaba, me sacó de ahí, me llevó con él, me vio llorar y solo pude abrazarme a él, al momento no fue tan shockeante, pero cuando pude pensarlo mejor yo dejé de estar tranquilo -Eduardo me abrazó, fue un abrazo fuerte, pude haber salido huyendo si no fuese él -gracias  -le susurro -muchas gracias.

-No tienes nada que agradecer  -dijo él, también en un susurro.

-No quiero salir de aquí realmente.

-No tienes que hacerlo si no quieres.

Tuve que hacerlo unos segundos después para seguir con lo que sea que estuviésemos haciendo, aunque ya contarlo me ayudó bastante, era una presión menos. Mel hizo unas anotaciones, ya saben, típicos psicólogos, estuvimos hablando un buen rato, me sentí mucho mejor al salir.

-Adiós Mel, me despides de Julie.

-Está bien Liam, Adiós! -nos despedimos de ella y salimos para el estacionamiento a buscar el auto de Eduardo.

-¿Podrías volverme a abrazar? Así como lo hiciste ahorita, así como si no quisieses soltarme -dije cuando ya habíamos llegado al auto, sin darme cuenta fui envuelto por sus brazos.

-¿Así? 

-Sí, justo así -le devolví el abrazo con la misma intensidad.

Después de estar un rato abrazados ahí fuera de su auto entramos y nos fuimos, se  estacionó en un parque que queda cerca de mi casa.

-¿Por qué paramos aquí? -me volteé a mirarlo.

-¿No querías hablar sobre si realmente estábamos juntos? -apaga el auto y también se voltea a verme, es cierto, mierda.


Absurda rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora