Conversaciones, Coqueteos y Confesiones

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Los rumores siguieron y siguieron, unos decían que fuimos novios, que no, que si amantes, que Eduardo por fin había madurado y dejado de hacer comentarios de mierda, y unas personas decían que era un triángulo amoroso, aunque la mayoría apoyaba la idea de que entre nosotros pasó algo. Yo, tal y como había dicho anteriormente, no dejé que eso me siguiera afectando, había días que me volvía a refugiar en la biblioteca, pero en la mayoría hablaba con mis amigos y todo iba bien, yo estaba bien, aún con los rumores, aún con todo lo que la gente hablaba; el que no se veía muy cómodo era Eduardo, y lo confirmé cuando el rey se acercó a mi saliendo de clases. Le regalé una mirada de desprecio, aunque por dentro estaba muriendo, mi corazón latía a mil.

-¿Le contaste a alguien sobre la conversación Brown? -dijo molesto

-¿Qué?

-Pregunté si le has dicho a alguien sobre la conversación -lo miré confundido.

-No sé de que conversación estás hablando Miller -me hice el desentendido -si me disculpas, no debería estar hablando contigo -sin decir más ni dejarlo hablar me fui de ahí casi que huyendo.

Para ser sinceros eso me destrozó, y ustedes deben de estar claros en eso, decir lo que dije, enfrentarlo como lo hice, fue muy difícil, más aún cuando no hablábamos y tenía sentimientos por él.

-Brown?

-oh, Hola Theo -lo miro respirando agitado.

-¿Tuviste que huir de las chicas que preguntan sobre ti y Miller?

-¿Hay chicas así? -digo entre sorprendido y un tanto asustado.

-Sí, a mi me pararon unas, ya que soy de tu círculo social, unas pensaron que era hasta tu novio -yo me río.

-Gracias por esa broma, nosotros, ¿novios? -me sigo riendo, él se me queda viendo -¿tú quieres ser mi novio? -hablo con un hilo de mi voz, casi ni se escucha.

-Sí Brown -yo lo veo sorprendido -llevo un año coqueteándote -abro la boca, de verdad estoy sorprendido -pero claro, tú solo tienes ojos para Miller, si tan solo me dieras una oportunidad -se acercó a mi.

-Quítate Morris -Eduardo pasó en medio de nosotros.

-¿Que mierda te pasa Miller? -yo solo lo vi, y vi como Eduardo me miraba, sus ojos estaban rojos, solo abrázame, se fue -¿Liam? -lo vi -¿Llegué tarde a pedir la oportunidad? -no dije nada, solo me eché un paso hacia atrás -Pero él no te merece, te ha hecho mierda toda tu vida.

-No pidas lógica para algo que ni siquiera es racional Theodore, el amor y los sentimientos no son racionales, no los piensas, no los eliges, ¿Crees que me siento bien sintiendo lo que estoy sintiendo? -dije un poco más alterado -¿Crees que es agradable? ¡Lo sé! ¡Sé que me hizo mierda, sé que me hizo la vida imposible! Sé todas esas cosas, pero ¿puedo hacer algo realmente? No lo sigas intentando, abandona tu sueño y muere -me fui sin decir más nada.

Me encontraba sentado en el patio, ésta vez había salido por cuenta propia.

-¿Que tal estás Liam? 

-Mejor, mejor

-Pues me alegra porque hoy hay fiesta -la miro con una ceja alzada -oh vamos! deberías ir, tienes tiempo que no vas.

-Bueno sí, debería ir, ya tolero a las personas.

-Eso es bueno

¿Por qué nadie me dijo que Eduardo también vendría a la fiesta?, estaba sentando en uno de los muebles que daban hacia la pista de baile, lo supe porque de hecho, cuando estaba bailando Julie me dijo que él me estaba mirando, y aproveché la situación y me puse a bailar un tanto sensual para él, ya tenía bastantes tragos encima, por lo que tampoco es que podía pensar muy bien, así que para mi, bailar sensual para él era una buena idea, lo que no conté es que habían más personas, y que ya Eduardo no estaba en el mismo sitio.


-Eduardo sé que no querías saber nada de él, pero hay algo que creo que debes de saber.

-Si no quiero saber nada que te hace pensar eso?

-Liam ha estado bebiendo y si no me equivoco hay un hombre bastante mayor que él e incluso aún más bebido que se quiere sobre pasar, si sabes a lo que me refiero -él chico de tez morena se sintió pequeño ante la mirada que le dio el otro.

-¿Donde están? -ya se había puesto de pie.

-En uno de los pasillos de atrás -no esperó nada para ir hacia allá.

-Aléjate! Suéltame! Te dije que no quiero! Ese baile no era para ti! Suéltame!

-¿No lo escuchaste? Te dijo que lo soltaras -alejó al hombre de un golpe, el otro chico quedó asustado en un lado, veía como su ex enemigo moría de rabia.

-No deberías hacer nada Eduardo, déjalo.

-Es un mal nacido -tenía la mandíbula apretada -ven Liam -él solo dejó que lo llevase a donde sea que iban, su corazón latía a mil, el agarre de Eduardo era algo fuerte, llegaron a un estacionamiento, y se montaron en un carro, ambos en el asiento de atrás, ahora Liam estaba abrazado a Eduardo -¿Se llegó a pasar mucho? -Liam lo vio y luego negó.

-Solo, solo se restregó un poco y -sentí que no podía continuar.

-¿Te tocó? -esa pregunta hizo que respirara más aceleradamente ¿De verdad estaba hablando de eso con él? Solo pude asentir, noté como se tensaba. 

-Gra.gracias yo, sin ti, no sé que hubiese pasado -no quería ni pensar en eso.

-Ni lo menciones -nos quedamos viendo.

-Yo no debería estar aquí, yo no debería hablarte tú, tú lo dijiste -¿enserio Liam? ¿No puedes aguantar tus lágrimas?

-No, yo, lo siento Liam, fui un idiota, ¿ok? no quise alejarte, yo no quise decir eso, no sabía que hacer, me sentí desprotegido, cuando dijiste adiós, mi orgullo y mi ego no lo pudieron soportar, pero, no quise decirlo, no quise separarme de ti -estábamos respirando de forma agitadas, yo aún lloraba y él se veía desesperado.

-Estás borracho otra vez, ¿cierto? -y otra vez a llorar.

-No, no he bebido ni una gota de alcohol en toda la noche, no podía ni aunque quisiera, ¿crees que no sabía todas las miradas que traías en esa pista de baile? ¿por qué crees que me fui?

-El baile era para ti imbécil -dije entre lágrimas -yo, yo correspondo a lo que me dijiste aquella noche, en el momento no lo supe, pero si, yo, tu también -no pude continuar ya que me besó, mi reacción al principio fue alejarme un poco, él se detuvo y me miró, al ver sus ojos supe que todo estaba bien, por lo que volví a acercarme para besarlo otra vez.

-Me gustas, mucho, Brown, y esta vez te lo digo sobrio y a la cara.

-Y tú a mi también me gustas mucho Miller, y aunque no esté del todo sobrio, podré decírtelo mañana otra vez y a la cara -él me sonríe.

-¿Quieres volver a la fiesta?

-Debo avisarle a Julie por lo menos que me voy, luego aceptaría que me llevaras a mi casa.

-Bien -nos bajamos del carro y cuando llegamos a la entrada de la casa encuentro a Theo.

-¿Donde estabas Liam? ¿Y que haces con él? -miró a Eduardo con desprecio -pensé que no lo querías cerca de ti Miller.

-¿Que estoy haciendo con él Morris? Pues te diré porque estoy con Liam -he de admitir que si me emocioné porque me llamó por mi nombre frente a él, Theo no lo pasó por alto -Estoy con él porque un maldito hijo de puta quiso sobrepasarse llevándolo a un pasillo -al recordarlo me acerqué más a Eduardo, solo por reflejo -¿Dónde estabas tú en ese momento Morris? -lo dijo con mucha rabia -¿Por qué no estabas para proteger al chico que te gusta? -eso lo dijo con más rabia aún -¿Que crees que hubiese pasado si yo no llegaba? -le estaba reclamando, Theodore no respondió nada, entramos a la casa, y como el rey no se quería alejar de mi, me acompañó a decirle a Julie, quien dijo que preguntaba mañana, luego nos montamos en su carro y fuimos a mi casa.

-Gracias por traerme y por salvarme -digo antes de bajarme.

-No es nada Brown -me sonrió y desde mi ventana lo vi irse.

Así comenzó todo este viaje sin retorno, uno del que a veces me arrepiento y a veces no.


Absurda rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora