Criminal 🔞 [Minsung, Changlix]

ORQUÍDEA [seducción;sensualidad]

Era sábado por la mañana, Minho salió de la cama con dificultad, tomó un baño para despejarse y sonrió cuando fue a la cocina y encontró una nota de su hermano en la mesa, junto a un sándwich y un vaso de jugo.

"Estaré en la sala de práctica, te veo en la florería a las 3"

Después de comer el desayuno, limpió la caja de arena de sus tres hijos gatunos, se aseguró de dejarles suficiente agua y comida para el día, tomó su chaqueta y salió rumbo a la florería, esa mañana tenía que terminar y enviar un pedido de centros de mesa para una boda y todavía le faltaban cerca de diez arreglos, así que sin perder tiempo llegó y empezó a armarlos. Hacía un buen día, el cielo estaba despejado y él estaba de buen humor así que, con esa inspiración, en menos de 3 horas los arreglos estuvieron terminados, llamó al camión de entrega para que se los llevara y pasó el resto de la mañana en el invernadero.

Cuando Felix llegó a la florería esa tarde el lugar estaba cerrado, así que abrió con su propia llave, tomó algunos pedidos por teléfono y ya que no acudían muchos clientes se dedicó a leer un manga durante un rato, hasta que Minho llegó acompañado de dos bolsas de comida china y Felix lo recibió con los brazos abiertos.

—¿Hubo algún pedido mientras no estuve? —preguntó Minho mientras comían.

—Solo algunos, ya los agendé —respondió Felix—, por cierto, cuando llegué había un paquete en la entrada, creo que es para ti.

—¿Un paquete? No ordené nada.

Felix se encogió de hombros y le extendió la caja que había guardado tras el mostrador.

Dicho paquete no tenía remitente y a primera impresión parecía estar vacío pues al levantarlo no pesaba nada, Minho lo inspeccionó por todas partes antes de abrirlo.

—¿Qué es eso? —preguntó Felix, confundido.

Dentro de la caja, había una sola rosa, marchita y llena de espinas, para Felix pareció una simple broma de mal gusto o alguna travesura, pero Minho sabía lo que significaba, era el emblema de la desgracia.

—Nada importante —respondió—. Voy a deshacerme de esto —y de quién sea que lo haya enviado, pensó—. La próxima vez llámame antes de que llegues a la florería, no me gusta dejarte solo aquí.

Felix suspiró fastidiado.

—Si mamá...

—Tengo que hacer una llamada, hazte cargo si llega algún cliente —ordenó Minho y salió del local llevando consigo la misteriosa caja.

Caminó a prisa rumbo a la estación de policía y marcó el número.

—Soy yo —le dijo al hombre en el teléfono—. Necesito que hables con tu contacto en la científica, hoy llegó un paquete sospechoso a la florería y quiero que lo examinen.

—¿A la florería? —cuestionó la voz en el teléfono, sonaba alarmado.

—Si, estaba ahí cuando Felix llegó, es por eso que me preocupa, necesito saber quién fue el imbécil que lo envío, cuanto antes.

—De acuerdo, yo me encargo.

—Estaré ahí en cinco minutos —dijo Minho y colgó.