Criminal 🔞 [Minsung, Changlix]

CRISANTEMO [eternidad]

Nunca creyó que estar rodeado de flores lo pudiese hacer sentir tan miserable, había elegido la florería porque había heredado de su madre el amor y gusto por la jardinería, pero ahora...

Estaba sentado en una esquina de la sala funeraria abrazándose las piernas, con la cabeza entre las rodillas, la gente entraba y salía sollozando sin prestarle atención, el aroma de las flores blancas y amarillas lo hacía sentir mareado y tenía ganas de vomitar.

Se levantó y salió de la sala hacia el comedor donde familiares y amigos de la familia Han intercambiaban condolencias y palabras de consuelo.

Estaba tan cansado, no entendía de donde había sacado la fuerza para levantarse esa mañana, ducharse y vestir su traje negro, no sabía cómo había hecho para preparar él solo todos los arreglos florales del funeral en tan solo dos días.

—Has estado aquí todo el día, deberías comer algo —sugirió una mujer mayor que Minho reconoció como la abuela de Jisung— ¿quieres que te sirva un poco de sopa?

Sintió un nudo en la garganta, la anciana se veía cansada y triste, aun así, procuraba cuidar de todos los presentes.

—Está bien, comeré algo cuando llegue a casa —Minho trató de sonreír.

Buscó un asiento vacío en un rincón de la sala para sumergirse en su miseria nuevamente, hasta que una figura familiar atravesó la puerta, Felix se dirigía hacia él apresuradamente y lo primero que Minho sintió al verlo fue alivio, tenía tres días sin poder comunicarse con él.

—¿Qué hiciste? ¡Maldita sea! —dijo Felix tomándolo bruscamente por el cuello de la camisa, Minho hizo una mueca, tenía dos costillas rotas, pero no intentó defenderse, Felix se veía realmente furioso y dolido, parecía estar a punto de llorar y eso por supuesto esa era una mala señal porque Felix odiaba llorar en público— ¡Esto es tu culpa!

Las miradas curiosas de los presentes se sintieron como balas acribillándolo con culpa, porque era cierto, todo era su culpa.

—¡Lix, basta! —Changbin intentó quitárselo de encima, Minho ni siquiera había notado su presencia hasta que habló— Este no es el momento ni el lugar, vamos afuera.

—Él tiene razón —dijo Minho tomando ambas manos de su hermano y apartándolas de su cuerpo—, vamos a otro lugar ¿han cenado ya? —preguntó mirándolos a ambos, Changbin negó con la cabeza, Felix se deshizo de su agarre y caminó a la salida, ignorándolo.

—Ve con él, me quedaré aquí para dejarlos hablar —dijo Changbin.

Suspirando con cansancio, Minho trató de alcanzar a su hermano, y caminaron hasta un café cercano, era tarde en la noche y la mayoría de los restaurantes estaban por cerrar.

Los dos se mantuvieron en silencio todo el camino, cuando llegaron, solamente alzaron la voz para pedir bebidas calientes, salieron del local y caminaron algunas cuadras más hacia una plaza vacía, donde se sentaron uno a lado del otro sin decir nada por un largo tiempo, Minho ni siquiera pudo beber de su café, sentía un horrible hueco en el estómago y sabía que si ingería cualquier cosa iba a terminar devolviéndolo todo.

Felix, por su parte, mantenía la mirada clavada en su vaso térmico de plástico y Minho notó por sus hombros encorvados y temblorosos, que no había podido contener más el llanto. Los dos hermanos se mantuvieron en silencio por un largo tiempo, hasta que Felix dejó de llorar.

—Seungmin habló conmigo en la mañana —Minho habló en voz baja, un tanto apagada—, el chico que nos atacó está detenido, él no quiere hablar, pero en cuanto termine el funeral voy a ir a la comisaría para dar mi declaración y que empiecen a procesarlo, tarde o temprano tendrá que decir quién le ordenó hacerlo, si no quiere pasarse toda la vida en la cárcel.