TRÉBOL[venganza]

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Había llegado el día, ambos se mantenían en silencio esperando que Kim saliera de la residencia en la que se hospedaba durante su estancia en Corea, una de sus fuentes le confirmó a Minho que había llegado el día anterior a primera hora de la mañana, había salido a desayunar con una mujer ese día y por la tarde fue a beber solo, luego regresó a la villa. Al parecer la única persona que lo acompañaba durante el viaje era su secretario y mano derecha, un hombre japonés de mediana edad.

Minho había estacionado la camioneta a la orilla del camino, unos cuantos metros lejos de la villa, pero desde dónde se veía claramente quien entraba y salía de la misma. Eran aproximadamente las ocho en punto cuando el vehículo de Seongsoo abandonó la residencia, Minho esperó un tiempo hasta que calculó estarían a una distancia prudente y procedió a ajustar los últimos detalles del plan en su cabeza.

Revisó por enésima ocasión cada una de sus armas, Jisung lo miró en silencio conteniendo la respiración. Estaba por bajar de la camioneta, pero entonces un débil agarre se aferró a su muñeca, deteniéndole.

—Yo... —Jisung empezó, pero luego no supo bien como continuar— gracias —dijo, algo dudoso.

—No me agradezcas todavía —Minho sonrió.

Jisung parecía querer decir algo más, pero al final solamente asintió con la cabeza.

—Escúchame Jisung, pase lo que pase no salgas de la camioneta —advirtió Lee con un tono de voz y mirada muy serios—, no importa si tardo demasiado, no importa qué escuches o qué veas, tienes que quedarte aquí, ¿entiendes?

Jisung quiso protestar, tenía muchas dudas, ¿y si llegaba la policía? ¿y si Minho estaba en peligro? ¿cómo podía quedarse tranquilo? No había ni vecinos en al menos un kilómetro a la redonda, nadie que pudiera ayudar si algo malo le pasaba...

Pero no estaba ahí para protestar, y no quería poner a Minho de nervios, suficiente tenía ya con lo que estaba a punto de hacer, así que simplemente asintió como un chico bueno y le deseó suerte.

Minho se ajustó los guantes negros de cuero, se despidió de Jisung con un gesto y bajó de la camioneta, alejándose luego rumbo a la villa, sus pasos rápidos, ligeros y silenciosos. Jisung lo miró por la ventanilla del auto, hasta que se alejó tanto que solo era una silueta cepillando el camino.

Toda la construcción estaba rodeada por un muro bajo de piedra que no fue difícil escalar, una vez dentro de la propiedad, Minho atravesó el enorme jardín hasta la parte trasera de la edificación, donde había una entrada especial para la servidumbre. La puerta estaba cerrada, por supuesto, pero forzó la cerradura y entró.

Toda la casa estaba oscura y en completo silencio, le pareció extraño en un primer momento que no hubiera ni si quiera un guardia de seguridad para una propiedad tan grande, pero supuso que era porque Seongsoo no la usaba a menudo y no tenía nada de valor dentro de aquella residencia, además había averiguado que la servidumbre de entrada por salida solamente trabajaba de día, así que era lógico que la casa estuviese desierta a esa hora.

De todas maneras, no estaba de más revisar el lugar. así que decidió recorrer toda la planta baja empezando por la cocina, que es por donde había entrado, el armario de blancos, el cuarto de limpieza, el garaje, el comedor, la estancia, todo estaba completamente vacío.

Abrió la puerta de la oficina, el último lugar que debía revisar, entonces las luces se encendieron en cuanto entró.

—Te estaba esperando —dijo Seongsoo.

Si Minho estaba sorprendido no parecía, sonrió e inmediatamente los dos hombres armados junto a él se le lanzaron encima.


Criminal 🔞 [Minsung, Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora