3. Recuerdos De Un Amor

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Siguiendo las órdenes de 1, el guardián buscó un lugar provisional para quedarse. Tenía que empezar a planear sus tiempos si quería hacer todas las cosas que se suponía debía realizar. 91 estaba decidido a terminar todo en menos tiempo de lo que se lo habían indicado, además ¿qué tan difícil podría ser recolectar algunos recuerdos? Tal como había pedido 1, el guardián buscó con ayuda del mapa a la centén de campo 10.

- Esta es ropa más o menos de tu talla. – 10 entregaba las cosas a 91. – También te voy a dar una recolectora, normalmente los usamos para contar cuantas acciones buenas llevamos durante las misiones.

- ¿Cómo funciona? – 91 sólo había visto imágenes de ella en la biblioteca, pero jamás una real.

Una recolectora, un pequeño frasco el cual llevaba la cuenta de personas, acciones o cual sea fuera la misión de los centenes. Cada recolectora estaba programada para brillar cuando estuviera llena. Su transparencia inicial, permitía que los centenes supieran la cantidad de acciones o personas que necesitaban para completar la misión en caso de perder la cuenta ellos mismos, es por eso que se le llamaba contadora.

- Básicamente esta cosita contará los recuerdos que recolectes, ya está programada por 1 así que no te preocupes por ello. – explicó la centén. – Cuando brille solo tienes que abrirla, así darás aviso que has terminado y te dejarán volver. Mucho cuidado con intentar abrirla antes porque es imposible.

- ¿Cómo sé que ya está llena? – preguntó 91 tomando la contadora

- Porque brillará, no te preocupes es más fácil entenderla en el uso. – la centén se paró un momento y vio a 91

- ¿Por qué me miras tanto? – preguntó 91 sintiéndose un poco incómodo por las miradas que la chica le daba

- Bueno, no todos los días puedes ver a un guardián en la tierra. – 10 seguía buscando las cosas que necesitaría el guardián

- Soy un espécimen raro ¿verdad? – 91 se rascó la cabeza un poco apenado. - Entonces ¿cuánto dinero me darán?

- Lo suficiente para que tengas un lugar dónde quedarte, vestirte y comer. – contestó 10

- ¿Si recuerdas que no necesito eso? No estamos vivos. – dijo el joven

- Lo sé, pero... ash es que eres un bebé en esto. – bromeó la chica. – Mira 91, hay muchas cosas que no sabes, estoy segura que ni siquiera te conoces a ti mismo

- No necesito saber de mí mismo. – respondió 91. – Y no necesito conocerme a mí mismo para hacer mi trabajo

- Pero no para este. – contestó rápidamente la centén. – Aquí estarás con seres vivos, no simples almas

- Trabajar con almas también es complicado, el alma de una persona es la parte más profunda del ser humano, es cómo ver la esencia real y pura de cada humano

- Exactamente por eso te lo digo. – dijo 10, ella quería explicarle algo importante. – Las almas con las que tú has trabajado son transparentes para ti, porque tú le conoces, tienes la capacidad de leerlas porque tienes la habilidad, pero una persona viva no.

- ¿Qué quieres decir? – 91 se sentía intrigado ahora

- No todos aquí son buenos 91, has tenido la fortuna de encontrarte con buenas personas que te han ayudado, – contestó la centén mirando al vacío

- Eso lo sé, he leído mucho. – 91 estaba ofendido, él no era ningún tonto

- 91, te estoy diciendo esto porque no sólo te servirán tus conocimientos en los libros, dímelo a mí. – 10 terminó de poner las cosas en la mochila de 91. – Estudié durante tanto a los humanos y en mi primera misión... - 10 guardó silencio repentinamente

Guardian de AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora