4. Las Almas No Sueñan

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|- ¡Eso no pasó así! – gritaba 91 en el cuerpo de Xia Mei

- ¿Qué crees que van a pensar de nosotros? - la mujer delante suyo parecía muy decepcionada

- Madre...

- ¡No me llames así! ¿cómo puedes si quiera dirigirme la palabra después de lo que has hecho? – gritaba enojada la señora

- No tienes vergüenza, ni respeto a esta familia, ni a ti ¿acaso te criamos para pervertirte de esta manera? – ahora el padre era quien había tomado la palabra

- Pero no hacíamos nada malo, él sólo... ~ sólo besaba mi mejilla, quiero decir, la mejilla de Xia Mei ~

- ¿Y acaso dejar que te bese es bueno? – cuestionó irritado el padre. – El sólo pensar que estás en una relación con él es...

- Pero yo lo amo papá... – replicaba 91 en el cuerpo de Xia Mei

- ¡Cállate! Eso no es amor, no sabes si quiera que es eso... – regañó duramente la madre |

~ ¿Por qué son tan crueles con ella? ~ 

El guardián vio cómo se desvanecía el recuerdo #340, pero la sensación de soledad en el joven guardián no se desvanecía. 2 años y medio habían pasado desde que 91 había llegado al mundo humano. Muchas cosas ya eran algo común para 91, las estaciones, cálidas y heladas, el sabor de la comida, que aunque no digerida, al menos podía disfrutar de su sabor. Ver pequeños cambios en las ciudades, personas que iban y venían, todo empezaba a ser algo cotidiano a los ojos del guardián.

- Pero que cara. - bromeó 10 cuando vio entrar al guardián. - ¿Ya acabaron los malos ratos? ¿Ahora por qué pelearon?

- Esta vez no fue él. - contestó el guardián. - Fue con sus padres. Últimamente todo es con sus padres y amigos

- Parece que los problemas de su vida no sólo se limitaban a su noviecito. – la centén habló distraída

- Quizás no rompieron por algo que él hizo. Tal vez las presiones de su entorno provocaron una confusión. - dijo 91. Ahora que sabía más o menos el tiempo en que la relación se había arruinado, podía decir cuánto tiempo faltaba para llegar a eso

- O tal vez él la dejó por sus problemas. - sugirió la centén

- Él no haría tal cosa, realmente la amaba. – defendió el joven guardián

- La amaba tanto que ella se casó con otro. – se burló la centén

- A veces el amor no es... un segundo ¿dijiste que te ama? – la centén se dio cuenta de la elección de palabras del otro

- ¿Qué?

- No te hagas el tonto dijiste "ha habido malos ratos, pero confío en que me ama". – repitió la centén

- Escuchaste mal dije le ama, a ella, a Xia Mei. – evadió 91

- No, no, no, yo escuché perfectamente, dijiste "me ama" en primera persona. – a la chica nadie la sacaría de ello

- Pues, me refería a mi como ella, ya sabes, mi, ella, en todo caso somos la misma persona cuando estamos en sus recuerdos. – dijo 91 con un tono de nerviosismo en sus palabras

- Ajá... sí... - pero a la centén no le convencían sus argumentos

- Y-ya me voy, hoy estaré de servicio, te dejo el archivo. – el guardián puso el archivo en la mano de la centén con sus notas para que fuera supervisado como cada 3 meses por los mayores

Guardian de AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora