IV

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Roseanne Park

La vida finalmente me sonreía, la escuela estaba por llegar a su fin y la Maestra que me odia había tenido un accidente por lo cual se encontraba en el Hospital, todos le deseábamos lo mejor y a la vez agradecimos el remplazo que llegó.

– Ansío tanto las vacaciones – narraba Joy – Finalmente volveré a dormir más de 3 horas.

– Estás celebrando antes de tiempo, aún tenemos trabajos que entregar.

– Siempre ese pesimismo Roseanne, necesitas ver a futuro, imaginar para sobrevivir al presente.

– Tiene razón Joy, nosotros nos organizamos con otros compañeros he iremos acampar a las montañas, deberían unirse – invitó Louis.

– Paso, no sacrificaré mi sueño.

– Que hay de ti Roseanne?

– Gracias, pero ya tengo planes.

– Los cuáles son? – inquirieron todos.

– Nada, son nada.

– Yo creía que involucraba una maestra y tú como ayudante de tu hermana atendiéndola – se burló Louis.

Deje siguieran con sus burlas a pesar de ser mis amigos no les había hablado de las hermanas Kim, eso lo había guardado solo para mí.

– Había olvidado decirles, cuando fuimos a rentar la cabaña iba saliendo Jennie Kim del lugar, esperó verla haya.

No era un secreto que Louis estuviera flechado de Jennie poseía esa sensualidad y aspecto rudo que traía a todos vueltos locos.

– Espero vaya su hermana, me gustaría...

De repente tenía a David incrustado en la pared, era un mujeriego de primera y no lo quería cerca de Jisoo.

– ¡Qué demonios te pasa, suéltalo! – grito Joy a nuestro lado agitada.

Cuando lo hice empezó a toser intentando llegará el oxígeno a su cerebro, tomé mis cosas y salí huyendo del lugar, mis pies me guiaron a la casa Kim. En cuánto vi a Jisoo me lance a sus brazos, podía creer qué era una loca sin siquiera dar una explicación estaba invadiendo su espacio.

– Qué ocurre pequeña?

– Yo...yo necesitaba asegurarme de que estabas bien.

– Lo estoy – me sonrió – Dinos que ocurre.

No había reparado en la presencia de su hermana en el marco de la puerta, seguía sin entender cómo podía captar todo a su alrededor.

– Mis amigos empezaron hablar de ustedes, y cuando David te mencionó...yo...

– Te enojaste y lo golpeaste – terminó el relato Jennie solo asentí con vergüenza.

– Eso es porque sabías que las intenciones de él conmigo no eran buenas.

La maldición *JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora