La maldición *Jensoo

VIII

"Te quiero mucho.

Y pido sin cesar que no me dejes.

Pues cuando te encontré pensé en amarte...

Siempre...

Voy a amarte."

Libro: Puedo soñar contigo de Blue Jeans.

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POV Roseanne Park

El departamento de limpieza tampoco tenía el libro y por más que esperé que Joy lo haya tomado o recordara si lo lancé a otro lugar fue en vano Wendy también la había visitado.

Caminaba por los pasillos vacíos de la Escuela, no podía tener una vida normal después de conocerla, recorrí cómo siempre el camino hasta la casa Kim. Me senté en el porche recriminándome que debo dejar de acudir a este lugar, agite la botella de agua que dejo Wendy, Porqué confiaste en mi Jisoo, resulte ser peor que Chaeyoung.

Empezaría a tomar pequeñas decisiones, dolorosas y necesarias, suspiré cansada, la noche iba cayendo cuando llegué a mi hogar. Alice tenía guardia por lo cual la vería hasta el día siguiente, estaría bien había bloqueado sus recuerdos nuevamente no sin antes dejarme su parte.

Seguía sin entender nada de los números o anotaciones en los cuadros – Cuándo desbloqueare mis recuerdos o tal vez es mejor así – con valentía tome toda la poción, empecé a sentirme como un adicto en abstinencia, tenía dolores de cabeza, mi cuerpo dolía y una extraña opresión en el pecho, tuve la ilusión de verla en el reflejo de la ventana.

– No, no quiero llevarla, estará mejor en casa – escuché a Alice a lo lejos – Muy bien, gracias por cubrirme Lana. Rosíe, puedes oírme? Estás bajo los efectos del medicamento tuve que administrarte un sedante decías cosas inentendibles.

– Dónde estoy?

– En casa, la fiebre sigue muy alta debes descansar.

Parpadeo encontrándome en un jardín de flores moradas, en medio estaba Jisoo con un reloj de arena, al intentar acercarme fui detenida por un campo de fuerza transparente. No lo podía atravesar, el campo se extendía como un escudo protegiéndola, le gritaba desesperada golpeando la barrera.

– Despierta! despierta!  Chaeyoung

Abrí los ojos encontrándola sentada en la cama, Alice dormía profundamente en el sillón.

– Tú...vete...

– Roseanne me llamaste por eso vine.

– Largó...

Me miró detenidamente esperando cambiará de opinión, la tomé del brazo arrastrándola fuera.

– ¡No tengo idea de cómo entraste a la casa, este es mi hogar y tú tienes prohibido la entrada!

Una onda se expandido de mis palabras demostrando su verdadera identidad, los ojos verdes chispeaban enojada.

– Roseanne! ¿Cómo te atreves?

– Aléjate de mí familia Lalisa, lo digo en serio.

– Sino que harás? Eres indefensa, no tienes poderes yo puedo darte lo que quieres, puedes tener a Jichu sólo para ti...

Mi puño ya se había estampado en su cara – No puedes decir su nombre y mucho menos puedes acercarte a ellas.

– Te abandonaron, te dejaron atrás porque eres un estorbó...