Noche de películas

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Lizzie estaba viendo a su papá, me vio y me sonrió.

— Pa... ¿Vas a presentarme a tu novia? — le preguntó y yo me quedé escondida en el pasillo.

— ¿Qué? — preguntó Stan sorprendido.

— Tía Abby la vio en Instagram — dijo mi hija y él pareció más nervioso.

— Instagram... no lo sé linda, sabes que no me gusta presentarte gente que no estoy seguro que se quedará en nuestras vidas — por alguna extraña razón, esa declaración me hizo sentir bien. Él no pensaba que esa relación iba a durar.

— Entonces... ella no es importante — lo retó la pequeña diablilla.

— No... no es eso, es que no se si vaya a durar. Acabamos de comenzar la relación... ¿Tú quieres conocerla? — mi hija meditó su respuesta.

— No... no quiero que tengas novias. Tú ya nos tienes a mamá y a mí — le contestó y me sonrió, ella hacía todo esto a propósito.

— Prefiero a tío Chris o a tío Mackie — siguió con sus argumentos, entonces Sebastian se volteó hacia ella y la abrazó.

— Tienes razón... las tengo a ustedes — le dijo antes de besarla en la frente.

En ese momento entré, ambos se me quedaron viendo y mi hija me sonrió.

— Gracias por lavar los platos Sebastian, yo los seco — le contesté y él me sonrió.

— Por cierto... ya le dije a Tom que estarás mañana — dijo mi hija y su papá la vio serio.

— Ya veo... y ese niño ¿Tom?... ¿Desde cuándo son "amigos"? — okey, voy a aceptar que Sebastian se veía adorable en modo "papá celoso".

— Desde que me defendió en clase... hace como cinco años, estábamos en clase de la señora Bruce. Teníamos que hablar de nuestro papá y yo intenté contar que hacías. Nadie creyó mi historia, pero Tom me defendió de todos, desde entonces somos mejores amigos — terminó su relato y Sebastian la vio triste.

— Creo que ahora me cae un poco mejor — dijo y la abrazó.

...

Ya con el pijama puesto, bajamos a la sala y nos acomodamos en el sofá. Par mi sorpresa, Stan se sentó junto a mí y mi hija junto a él.

Mi hija no lo dudó ni un segundo, eligió la película que en secreto yo también quería ver.

— ¿En serio cariño? ¿El soldado del invierno? — dijo Stan y bufó fastidiado.

— A mamá le gusta mucho esa película — me delató la pequeña diablilla y fingí no escuchar nada.

— Okey — dijo Sebastian y antes de agregar otra cosa, la película comenzó.

Vimos la película comentada por Lizzie, de verdad que soltaba bastantes datos curiosos o referencias y tanto Stan como yo solo la escuchábamos. Aquí era donde Sebastian podía confirmar que su más grande fan, era su hija.

— Tienes que prestarme el brazo de metal — dijo Lizzie y Sebastian soltó una risa y se negó.

— Mamá y tía Abby te llaman "el soldado del invierno" — comentó mi hija y comencé a toser.

— Lo hicimos solo una vez y fue en broma — me defendí, sentí la mirada de Stan.

La película terminó y mi hija se había quedado completamente dormida. Sebastian la llevó a su cama, mientras recogí el pequeño desastre de la sala.

Revisé mi teléfono y varias de las personas que había invitado a la fiesta, ya habían confirmado. Incluso había un mensaje de la mamá de Sebastian.

Subí y Sebastian iba saliendo de la ducha, se percató de mi presencia y me sonrió. Verlo así, solo con una toalla en la cintura y pequeñas gotas de agua cayendo por ese perfecto y trabajado torso...

Tragué saliva y entré en mi cuarto. Estaba tan cansada, que fue fácil caer en los brazos de Morfeo. 

Por segunda vez [Sebastian Stan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora