┌✧ Todo en la vida de JungKook, era perfecto ✧ ┘
Sus padres viajaban mucho por cuestiones de trabajo, dejándolo a el a cargo de su casa mientras ellos no estaban, y el menor aprovechaba esas situaciones para hacer fiestas y divertirse a lo grande c...
Con el sabor amargo del alcohol aún es su garganta, caminó hacía la salida de aquel bar donde había decidido ahogar sus penas.
El había dejado ese mal hábito después del accidente, con la culpa que no lo dejaba en paz prometió no volver a caer en esa mala vida nunca más.
Y lo había logrado hace ya varios meses seguidos, pero ahora se sentía demasiado débil como para pelear contra aquel vicio, en estos momentos el alcohol era lo único que lograba calmarlo.
Sintió su celular vibrar en su bolsillo por novena ves en esa noche, y como las anteriores veces solo lo ignoró.
Necesitaba ir a descansar, a cualquier lugar excepto su casa, no quería oír los reclamos que recibiría por parte de sus padres.
Solo quería ir a un lugar donde era comprendido.
Caminó directo hacia su auto, ignorando olímpicamente a la chica que se le estaba insinuando descaradamente.
No tenía ganas, ni ánimos para siquiera prestarle atención.
Y aún que le diera lo que pide, sabía que no pasaría a mayores.
Porqué su corazón ya pertenecía a alguien más, solo que esa persona parecía querer enviarlo lejos para jamás volver a verlo.
Apretó los puños ante esa idea.
Sintió su brazo ser atrapado por unas manos, se detuvo para voltear y mirar con desinterés a la chica.
-¿quieres terminar la noche a lo grande bonito?- la mujer se acercó aún más al contrario sonriendo de forma coqueta.
Taehyung suspiró.
-Lo siento, pero no eres mi tipo.
Sin más apartó su brazo de las manos de la mujer, y entró a su auto.
Ignoró los reclamos de la rubia, encendió su auto y se marchó del lugar.
Sabía que estaba volviendo a cometer un error cuando decidió volver a manejar en ese estado, pero necesitaba llegar a ese lugar tranquilo cuanto antes o terminaría por volverse loco por la culpa, el rechazo, el corazón roto.. y todos los demás pensamientos que no habían parado de girar por su cabeza en toda la noche.
Su celular volvió a vibrar.
Se detuvo cuando el semáforo cambió de color a Rojo, metió su mano en el bolsillo de su pantalón sacando el artefacto para revisarlo.
Miro con duda las llamadas perdidas.
10.
Y todas de la misma persona..
Pero.
¿El no le había pedido que se alejara de él?
¿Por qué lo estaba llamado entonces?
Suspiró cuando tocó el botón de apagado, tirando el celular al asiento del copiloto.
La luz verde no tardo en aparecer, y sin más continuó con su camino.
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