Quedó asombrado y sin palabras ante lo que había dicho Do KyungSoo. Siempre había pensado y creído que él siempre había odiado a Jennie, pero ahora comprueba que se equivocaba de pensamientos al escuchar a KyungSoo.
—¿Qué? ¿No la odias...? —el rostro de JongIn era digno de convertirse en un meme, pero no era el momento de pensar en esas cosas.
—¿Odiarla? —sonríe con sarcasmo—, todo lo contrario.
—¿La querías, entonces? —estaba realmente confundido.
—La amaba —reveló el mayor con sus ojos cristalinos y un nudo atascado en su garganta que le hacía casi imposible hablar.
—Entonces... —intentando procesar la información JongIn dijo—, ¿Tú estabas... Tú estabas enamorado de Jennie?
—Es exactamente lo que digo.
—Pero es imposible, tú parecias odiarla.
—¿Realmente sigues creyendo en esa tontería? —ríe—, solo actuaba de esa manera porque estaba contigo en una relación, ¿Acaso no conoces el sentimiento llamado "celos"?
No. Definitivamente ahora JongIn sí se había vuelto loco con tantas cosas que procesar. Do KyungSoo enamorado de Jennie, eso nadie podría esperarselo, sería como algo no predecible, es decir impredecible. Pero a la vez... Quizás era increíble.
Nadie se había dado cuenta de aquello hasta ahora que él lo revelaba ante el ex de la castaña.
—Ya no te quedes así. Me gusta, sí, pero jamás podría hacer algo para separarte de ella —dice KyungSoo bajando su mirada aún sonriendo—. Es decir, podría haber otra oportunidad para ambos. Yo no soy nadie para estorbar.
—¡Ja! ¿Oportunidad? —ríe JongIn fastidiado—, no hay y tampoco existirá. Todo se acabó, Hyung. Ella se fue y ni siquiera sé dónde está.
—En París.
Los ojos de JongIn se abrieron hasta más no poder. Toda esa información que su mejor amigo le estaba brindando, pero aún así no podía y tampoco lo haría. Sabía y entendía perfectamente lo que KyungSoo esperaba que él haga y es exactamente lo que no iba a hacer.
Ni muerto lo haré.
[...]
—Entonces, ¿Me estás proponiendo ir a París solo porque Jennie está allí? —le pregunta ChaeYoung por milésima vez.
—Sí.
—Estás loco, Kim.
—Sí y lo sé, pero dime una cosa, ¿No quieres ver y recuperar a Jennie? —dice JongIn intentando convencerla—. Ante todos los problemas debes de pensar en su amistad de años y años, ¿La dejarás ir solo por no decirte aquello?
ChaeYoung suelta una carcajada confundiendo así a Kim JongIn. Coloca una mano en el hombro de su amigo y intentando aguantar su risa dice;
—JongIn, me parece que tú no estás en posición para decirme tal cosa.
JongIn cerro sus ojos intentando no perder sus estribos por las burlas de la esposa de su mejor amigo. Aunque sabía bien claro que ella tenía toda la razón.
—Hablando en serio —dijo la rubia suspirando y mirando al moreno—, tú la dejaste ir ese día. Lo siento JongIn-Oppa, pero no me parece una buena idea...
—¡Porfavor, ChaeYoung! —se quejaba muy desesperadamente.
Sostuvo su cabeza con ambas manos. Definitivamente odiaba cuando las personas hacían berrinches y más si gritaban cerca suyo. ChaeYoung no era demasiado buena manteniendo la cordura.
—¡Ya fue suficiente! —grita molesta—. Porfavor primero déjame hablarlo con ChanYeol y luego te daré una respuesta concreta.
—Gracias Rosie, te adoro. ¡Bye!
—Adiós...
No estaba segura o quizás preparada para volver a ver a Jennie y muchísimo menos ir a buscarla a París. No pensaba en que era una buena idea, sin embargo, primero debía hablarlo con su maravilloso esposo para así decidir.
Desde que se habían casado ambos maduraron mucho y ahora hablaban todo antes de decidirlo por cuenta propia, así sea del trabajo o cosas personales. Eran un buen equipo y se ayudaban mutuamente a buscar las soluciones a todos sus problemas.
[...]
—No lo sé, Chan...
Sentados en la cama con las piernas cruzadas; así se ponían siempre que hablaban temas delicados como el tema llamado "Jennie Kim".
ChaeYoung le había comentado todo lo que su amigo le había propuesto y ChanYeol no decía ninguna palabra desde que iniciaron la conversación.
—¿Y no te gustaría verla? —pregunta él tomando la mano de ella y acariciándola con mucho cariño con su dedo pulgar—. Digo, vas a sentirte muy a gusto si la ves.
—¿Creés que debería ir?
—Diría que sí, pero eso depende más de lo que tú desees, cariño —dice ChanYeol besando la mejilla de su rubia esposa.
—No estoy del todo segura, creo que aún no me siento preparada para... No lo sé, ¿Mirar a Jennie a los ojos? Me siento algo confundida ante todo.
—Y créeme que es totalmente normal que te sientas así, no te preocupes —sonríe dándole apoyo y calidez a la chica que estaba solo un poco mal emocionalmente—. Si no quieres ir ahora está bien, pero si en algún momento se te da por querer solo me avisas y ambos nos tomamos un vuelo a Francia. Nadie te obligará a nada, bonita.
Hicieron a un lado las colchas y se acostaron, ChaeYoung apoyada en el pecho desnudo de su novio y con sus ojos abiertos. Ambos estaban así. La luz apagada hacia que la luz de la luna se notará mucho. Las manos de ambos estaban unidas y se mantenían pensativos con respecto al tema.
—¿Irás conmigo? —pregunta Rosé con sus lágrimas derramando en sus mejillas rojizas pero nada notorias debido a la oscuridad—. ¿Me acompañaras?
—En todo momento estaré contigo, no te dejaré sola si lo deseas.
—Gracias, te amo mucho Channie...
—Y yo te amo mucho también.
Así se durmieron abrazados y con sus manos juntas. ChaeYoung se sentía con ganas de salir y gritar dejando que la tristeza, la furia y todo lo demás saliera abandonado su cuerpo y deseando que jamás volvieran a ella. Tristemente era una humana y por más que no quisiera lo sentiría toda su vida.
Se sentía una cobarde pero fuerte a la misma vez, era extraño.
¡Eres una tonta, Rosé!
Se gritó a ella misma, mentalmente. Las lágrimas no dejaban de salir y salir. Todo lo que ella sentía desde que volvió a Corea del Sur era como un maldito dolor en los ovarios.
Sí. Así de simple y doloroso.
Eres una maldita estúpida, ChaeYoung Park. Eso eres y lo sabes a la perfección, una maldita estúpida.
ESTÁS LEYENDO
𝐀𝐥𝐥 𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧
FanfictionJongIn se encuentra en un debate de si mandarle mensaje a Jennie, que se encontraba viviendo en un departamento en una ciudad de Francia, o dejar las cosas como estaban. La verdad era que no podía perdonarla tan fácilmente, es un claro ejemplo de lo...