14.

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—Te extrañé —susurró Jennie abrazando a Jongin por la espalda.

—T-también yo —tartamudea Jongin al darse cuenta de lo único que ella llevaba puesto.

Utilizar únicamente ropa interior, hablar en un tono no tan normal y sumando que lo abraza por la espalda, no ayudaba mucho allí abajo cerca de sus piernas. Así que los nervios se presentaron para molestar a Jongin en esos momentos. Y Jennie ya sabía lo que ocurría con él, por lo que sonríe burlona y satisfecha.

—Vaya, no sabía que podía causar eso con solo tocarte y hablarte de esa manera —se ríe la castaña separándose.

Y allí fue donde él cayó. Media sonrisa creó y se dió vuelta sujetando a su ex pareja de la cintura, dejando un espacio bastante corto entre sus rostros ya calientes, y Jennie ya comenzaba a sudar.

—¿Qué te pasa bonita? —ahora él dice satisfecho.

Bonita.

—¿Qué me pasa? —ella sonríe sin vergüenza—. Amí me pasan cosas contigo.

Y dicho eso, cierra sus ojos con fuerza y estampa sus labios contra los de Jongin. Él, asombrado por su acción inesperada, se queda inmóvil y con sus ojos bien abiertos como platos. Tarda unos segundos en corresponder y al hacerlo, ambos terminaron disfrutando del beso.

Había pasado mucho tiempo desde el último que se habían dado, en ese período de tiempo ninguno de los dos había estado con otra persona, pues no estaban del todo cómodos —o más bien no se sentía preparados—, al pensar en tener otra relación.

Lo que les faltaba decirse era un te amo y serían nuevamente felices.

Jongin estaba disfrutando mucho el momento. Extrañaba tanto tener contacto físico con su amada Jennie Ruby Jane y ahora podría morirse de la enorme felicidad que sentía.

Los besos fueron aumentando la velocidad y también lograron ir un poquito más allá de lo esperado... Sí, ambos habían terminado sin ropa, llenos de besos y placer en una cama liviana y grande con sábanas blancas y almohadas suaves.

[...]

La semana de la moda finalmente había llegado y Rosé se preparaba de la mejor manera. Estaba divina mirándose al espejo, estaba preciosa. Chanyeol también la había visto y quedó babeando por ella. Sin duda tenía mucho talento para el modelaje, eso era definitivamente lo suyo.

Pero, al mirar su rostro en el espejo, su expresión de felicidad y orgullo cambio drásticamente a una preocupada y atemorizada. Pensaba en que se iba a encontrar con su amiga y no es que no quiera verla, solo que, ahora, le daba mucha vergüenza que ella la viera luego de decirle esas palabras absurdas.

—Rosie.

A través del espejo de cuerpo completo pudo divisar a su pareja con un bonito y elegante traje negro. Siempre ha dicho que a él le sienta muy bien aquel color y verlo de traje es como vivir en un sueño lleno de rosas.

—Hola amor, estás muy guapo.

Él se acerca sin decir nada desde atrás abraza su cintura. Beso su hombro y cuello hasta llegar a su cabello dónde depósito más suave. Termina por acercarse a su oído para susurrarle sensualmente con la voz ronca que provocaba que a Chaeyoung se le erizará la piel.

Algo que amaba de Chanyeol era su bellísima voz gruesa que te daban escalofríos y te erizan la piel. Estaba de más decir que eso sumaba puntos en el tipo ideal de Chaeyoung. Dios, cualquier otra chica estaría súper celosa de ella por tener a un hombre sexy y creado por los mismísimos dioses griegos. De veras que Rosé se había ganado la lotería al cien por ciento.

𝐀𝐥𝐥 𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora