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¡YiFan-Hyung, estoy libre! —gritaba el pequeño Oh SeHun de dieciséis años.

YiFan pasa la pelota a SeHun y siguen jugando, pronto se la pasa a JunMyeon y él se la pasa a ChanYeol que con un salto veloz y de gran altura la hace adentrarse en la canasta así haciendo una anotación ganadora.

Juntos corren y se abrazan con fuerza y mucha felicidad, les habían ganado a los de pequeña altura que ciertamente odiaban el baloncesto.

—¡Eso no es justo! —se quejaba ZiTao con mucho fastidió—. Nosotros no somos tan altos como ustedes, se aprovechan de eso.

Claro que no Tao, yo tampoco soy de una gran altura —le dice JunMyeon abrazándolo por encima de los hombros.

¿Qué dicen? —pregunta ChanYeol haciendo rebotar la pelota con una sonrisa egocéntrica en sus labios—, ¿Una partida más?

¡Maldito idiota! -exclama BaekHyun riéndose—. Que presumido eres.

Cierto —asiente LuHan—, por esto prefiero mil veces el fútbol, allí no necesitas mucha altura para poder ganar.

Sí, pero también es divertido jugar baloncesto —dijo KyungSoo muy tranquilo sentado en el suelo junto a JongIn.

—Muy bien... —dijo el moreno levantándose—, una partida más no le hace daño a ninguno.

Sí, especialmente a ustedes malditos postes de luces —habla MinSeok.

Entonces otra batalla de altos contra los bajos comenzó. Obviamente los primeros nombrados llevaban ventaja por ese echo, pero los de poca estatura también tenían la ventana de que eran ágiles, a excepción de KyungSoo porque él estaba tranquilo y sin presión, no era fanático número uno de los deportes.

Pasaron minutos, casi una hora y media y sí, habían ganado los altos. BaekHyun, LuHan, ZiTao y MinSeok quedaron molestos con los demás porque jamás ganaban pero al final todo termino lleno de risas.

—¡JunMyeon! —exclamó JongIn llamando la atención de su mayor.

—¿Qué ocurre?

—Estás en otro mundo y yo te estaba hablando ¿Qué te pasa ahora? —pregunta preocupado.

JunMyeon esboza una sonrisa sintiéndose melancólico y triste por haber recordado esos buenos y divertidos momentos que habían pasado todos juntos.

—¿Recuerdas cuando jugábamos baloncesto?

—Sí, como si fuese ayer... ¿Por qué esa pregunta de repente? —dijo un JongIn confundido.

—Es solo que extraño esos tiempos.

—Y yo igual, pero nada será como antes porque ya no estamos juntos y cada uno está haciendo su vida —contesta el menor mirando hacia la ventana—. Creo que ahora solo quedará en nuestros recuerdos.

Esa era la parte más dolorosa del tema; JunMyeon y JongIn no querían que solo quedará allí, desearían volver a esos tiempos de felicidad eterna y dónde BaekHyun aún se encontraba con ellos.

Era increíble todo lo que había cambiado desde que todos terminaron la preparatoria, excepto Oh SeHun que estaba en un instituto de danzas pero que no tenía que ver con la escuela real.

Era triste recordar que Wu YiFan, Huang ZiTao, Xiao LuHan y Zhang YiXing se habían vuelto a China y cada uno regreso a su vida diaria.

También era triste recordar que ya no veían muy seguido a KyungSoo, MinSeok, JongDae y SeHun.

Era triste saber que JongIn había terminado con el amor de su vida solo por un terrible mal entendido.

Pero sobre todo... Lo peor era  recordar que Byun ya no se encontraba en ese mundo. Quizás en alguna otra galaxia, plantea, estrella o simplemente en el cielo.

Sus vidas se habían vuelto tristes y felices a la vez, grises pero con arcoíris siempre.

[...]

Su agotador día lleno de personas con problemas que él tenía que ayudarlos a resolver había terminado a las 07:00 de la tarde.

Salió de su lugar de trabajo y se subió a su pequeño auto color blanco. Dejo su maletín en el asiento de copiloto y manejo hasta llegar a su querida y acogedora casa. No era demasiado grande pero sí perfecta para él solo.

Adoraba su tranquilidad, armonía y soledad, aunque debía admitir que sin la presencia de su casi querida amiga se sentía algo vacío.

Una vez bajando de su auto se llevó la sorpresa de encontrarse a Kim JongIn en la puerta de su casa esperando por él.

Frunce su ceño lleno de completa confusión. No sabía porqué JongIn se encontraban en su casa a esas horas.

Su cabeza dolió solo un poco y a paso lento se acercó al menor que al darse cuenta de que él había llegado sonrió con emoción y tranquilidad. Pudo ver cómo suspiraba de una manera como si largase toda la preocupación que llevaba guardando desde hace tiempo.

Él, al ser psicólogo, podía ver como se sentían las personas y podía leer las expresiones y comportamientos de todos. Se le llamaba "Lenguaje corporal".

—¿Qué haces aquí, JongIn? —pregunta el de menor estatura con total seriedad en su rostro.

Todos cuando veían la cara seria de él se asustaban o tenían miedo de que esté enojado, pero era normal debido a que en ese momento él no estaba llevando sus lentes.

JongIn volvió a soltar un suspiro pero está vez sintiéndose aliviado.

—Hola KyungSoo-Hyung, quería visitarte —dice JongIn sonriendo. KyungSoo se dirige a su puerta y la abre con su llave, entro a la casa seguido de JongIn y este último la cerró—, es debido a que pasó un tiempo desde que no nos hemos visto.

Vió como KyungSoo se dirigía a la cocina para sacar un vaso y una botella de vidrio cargada de agua de la heladera. Vertió un poco en el vaso y tomo de él.

—Tengo trabajo y siempre estoy ocupado —comenta KyungSoo sentandose en la mesa junto al menor—? Aunque quisiera no podría darme tal lujo de decir; "juntémonos mañana y vayamos a cenar a un restaurante".

—Entiendo... —JongIn baja su mirada.

—No es que no quiera verlos, pero debes entender que mi trabajo y el tuyo son completamente diferentes.

JongIn asiente intentando esbozar una sonrisa.

—Pero hasta hace unos meses no era así —insistió—, ¿Por qué ahora cambio?

—¿Podrías entenderlo de una vez? —exclama Do con muchísimo fastidió y golpeando la mesa con su mano haciendo sobresaltar a Kim—, ¡Soy un psicólogo no un jodido modelo de buenas marcas! ¡Ayudo a las personas que tienen problemas y no es un simple juego mi trabajo! _
-se notaba que el mayor estaba molesto.

—Lo lamento Kyung, es que con lo de Jennie apenas y pude concentrarme en mi trabajo —se excusa JongIn rascándose la nuca con nerviosismo.

Y allí estaba de nuevo; Kim JongIn, su mejor amigo, recordándole que solo él sufría por la partida de Jennie, que él sí la había tenido en sus brazos. Le recordaba que JongIn era un maldito idiota que dejó ir a esa bellísima castaña y que también era un jodido bastardo egoísta.

—Sí, bueno... —KyungSoo tenía su mirada fría posada en los ojos marrones de JongIn—, tú no eres el único idiota que está sufriendo por ella.

𝐀𝐥𝐥 𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora