17.

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—Creo que deberías arreglar las cosas con ella, mocoso.

Mira su despertador al lado de la cama en la mesita de noche y suspiro frustrando al ver la hora en la que había llamado Sehun. Claro, en Corea en estos momentos eran las tres de la tarde, pero en Paris todavía eran las siete de la madrugada, por lo tanto todos estaban durmiendo a excepción de Sehun.

Él había llamado a Junmyeon porque hasta soñaba con solucionar el problema con Lalisa, pero ella ni siquiera respondía sus llamados y directamente lo mandaba al buzón de voz. Era frustrante para el menor, en cambio para el mayor era muy divertido cómo estaba tan desesperado por oír las quejas de su amada.

—¡Oye, no me hables así! —le dice quejándose de las "palabras ofensivas" que uso Junmyeon.

—Sehun son las siete de la madrugada y me andas llamando jodiendo —le reclama muy irritado, mientras observa por un segundo a su esposa antes de continuar—. ¡Tú la has lastimado y tú lo vas a arreglar!

—¡Pero Junmyeon-!

—Adiós niño.

Termino la llamada y quedo acostado boca arriba, mirando el techo y pensando en las vidas que Jisoo y él llevaban mucho antes de comprometerse. Habían sido muy valientes al haber ignorado las palabras de sus padres, llegaron muy lejos gracias a la valentía y amor que tuvieron, ahora estaban casados y con dos hijos, además de Lalisa y Sehun, quienes eran como hijos adolescentes para ambos.

Al costado estaba su maravillosa esposa, descansando en tranquilidad sin maquillaje y sin preocupaciones. Parecía una princesa sacada de un cuento de hadas, ella era su reina y luego de que se enteraron de la muerte de la ex novia de Baekhyun, la cuidaría más que a su propia vida. No permitiría que nadie le tocara ni un solo cabello o juraba que iba a matar a quién tuviese ese atrevimiento.

—¿Qué miras tanto?

La voz ronca de su esposa lo hizo sonreír aún más, mirarla cuando duerme ya no era un problema como al principio de su relación, cuando todavía no estaban casados. Antes, Jisoo odiaba que Junmyeon la observará al dormir porque decía ser espantosa al despertar, pero él nunca dejó de hacerlo sin importar cuántas veces ella se lo haya rogado.

—Oh, solo estoy mirando a la perfección en carne y hueso.

—Eres un idiota, ¿Lo sabías? —dijo sin ganas de abrir sus ojos, seguía teniendo mucho sueño. Su voz sonaba tan somnolienta y a la vez sonaba bonita.

Él rodó los ojos con diversión.

—No importa... —se remueve en la cama buscando una posición cómoda y fresca—, te amo a ti y a tu idiotez.

Junmyeon ríe. Esa era la mujer de su vida, la amaba más que a nadie en todo el mundo. Con todo su malhumor y ocurrencias.

[...]

Jennie reclutó a Jisoo para acompañar a la menor al hospital, era el día que tenían que visitar a un doctor para ver si sus sospechas eran ciertas; ¿Chaeyoung esperaba a un bebé o solo era algo que le había caído mal? Mientras sus amigas mayores estaban contentas y planeaban para ver quienes serían los padrinos del pequeño "feto", ella estaba que se desmayaba de los nervios que sentía y tener ganas de vomitar no era de gran ayuda.

Iban en el auto del manager de Jisoo y el tránsito estaba muy pesado esa mañana. Las cosas para la pequeña Rosie no estaban del todo bien y no le gustaba mucho mentirle a su cónyuge, pero tampoco quería darle falsas esperanzas de que tendrían a un pequeño.

Las bocinas de los autos y camiones eran un dolor de cabeza para todos y era frustrante no poder avanzar debido al problema que había mucho más adelante; un auto familiar había chocado contra una señora alcoholizada. Así que, mientras Rosé intentaba mantener la calma, las otras dos chicas estaban perdidas en sus mundos.

𝐀𝐥𝐥 𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora