𝟒

495 68 1
                                    

Keisuke al escuchar la pregunta de Akira sonrió ladinamente con cierta gracia y habló.

—Es una braga ¿no?— respondió obvio.

—Sé lo que es, imbécil.—dijo Akira con cierta molestia al ver que no la tomaba en serio.—Pero te estoy preguntando de quién demonios es.

— Oh, ya sé que es lo que pasa aquí.—dijo el pelinegro llevándose las manos a la nuca.

— ¿De qué demonios hablas, Baji?— preguntó la pelinegra con cofusión.

—Estás celosa, mi querida amiga.—dijo Keisuke totalmente confiado.

—¿Celosa? ¿Por qué tendría celos, imbécil?—dijo desconcertada aún con la prenda en mano.

—¿No lo estás?— preguntó igual de confundido por la respuesta que había obtenido de Akira.

— No, idiota. Te lo preguntaba para sabe que no eres un maldito depravado sexual que guarda la ropa interior de otras mujeres.— respondió con cierta molestia.

—¿¡Qué!? ¡No! ¡Yo jamás haría eso, idiota!— respondió el pelinegro con cierta indignación pintada en el rostro.

— Más te vale, porque ya he asesinado a bastantes tipos así y son a los que más me gusta hacerlos sufrir. Y tú, querido amigo—dijo poniendo un dedo en el pecho del pelinegro.— No serías la excepción.— dijo dándole en la mano la braga a Baji.

Este mismo quiso responderle algo pero no tuvo tiempo ya que la puerta de la habitación se había abierto abruptamente dejando ver a Mikey quien se veía un poco nervioso, lo cual pasó desapercibido por Keisuke pero Akira si lo notó y siento como un pequeño escalofrío recorrió su espina dorsal esperando una mala noticia. Pero fue hasta que Mikey habló que pudo volver al mundo real y dejar de hundirse en sus pensamientos.

— Hay que hablar, Kira, ahora— dijo su rubio amigo—acompáñame.— dijo dándose la vuelta para salir de la habitación.

Akira no respondió y solo empezó a seguir a Mikey a través de los largos pasillos de la mansión, hasta que la curiosidad le ganó y habló.

—¿Qué pasó, Mikey?— preguntó Akira.

—Es Kisaki, uno de sus lacayos golpeó al hijo de uno de mis chicos más y le dio una nota al chico antes de retirarse y dejarlo tirado.— un pequeño silencio reino hasta que fue borrado por un suspiro pesado de Mikey— La nota decía que Valhalla se iba a comunicar conmigo para negociar.— terminó diciendo. Akira se había desconcertado un poco pero volvió a hablar.

—¿Qué piensas que quiere?— preguntó la pelinegra mientras ambos amigos se pararon frente a la oficina de Mikey.

—Aún no lo sé, pero prefiero que estés aquí cuando el llame.— terminó por decir mientras habría la puerta para adentrarse al lugar junto con Akira.

Ya adentro la pelinegra pudo divisar a Draken al lado del escritorio de Mikey en pie, a su lado pudo ver a un chico de cabello negro, ojos azules y más pequeño que Draken.

Al otro lado de la sala se encontraba Mitsuya sentado en uno de los sillones que había en la sala, este al ver a su amiga le sonrió gentilmente a lo que ella correspondió de la misma manera.

—Primero te quiero presentar a alguien en el que confío demasiado y espero que tu también puedas confiar en el.— dijo Mikey quien se había parado al lado del chico de ojos azules, para luego codearlo porque no veía que tuviera intenciones de presentarse a la pelinegra—Tienes que presentarte, idiota.—le susurró Mikey.

—Oh, sí.— respondió con cierto nerviosismo el chico— Soy Hanagaki Takemichi, es un gusto poder trabajar con usted.— dijo el chico mientras hacía una pequeña reverencia.

—Akira, espero podamos trabajar sin problemas.—dijo seria mientras le tendía una mano a Takemichi para después estrechar sus manos.

—Sin dud...— el pelinegro no terminó de hablar porque el teléfono de la oficina de Mikey había empezado a sonar, a lo que el rápidamente contestó.

                                                         En la llamada.

—¿Quién es?— preguntó Mikey.

—Mikey, hombre que alegría escuchart...— la voz del otro lado no alcanzó a responder ya que Mikey lo había interrumpido abruptamente.

—¿Ya saben lo que quieren?— dijo seriamente el rubio.

—Oh, veo que estás de mal humor, bien, iré al punto— hubo un breve silencio— La queremos.— respondió la voz del otro lado. Mikey se confundió.

—¿Qué? ¿A quién?— preguntó confundido.

—A quien más, a el mismísimo ángel de la muerte, claro. Sabemos que la tienes.— respondió con cierta gracia la voz de la otra línea.

Mikey se sorprendió notoriamente, estaba demasiado confundido y todos en la sala lo notaron. Hasta que lo supo, supo que querían pero tuvo que preguntar para confirmar sus sospechas.

—¿A qué te refieres, maldito?—preguntó el rubio.

—Vamos Mikey, no es tan difícil de entenderlo. Es tu hermana o Akira.

— Estás loco, no la tendrás.— respondió seriamente el rubio.

—Sí, tal vez.— silencio—¿Y bien? ¿A cuál de las dos nos darás?

— ¿Cómo sabes que está con nosotros?— preguntó con cierta curiosidad.

La mirada de Mikey se puso en Akira, al instante supuso que hablaban sobre ella y dedujo lo que querían, a ella. 

—La buscamos y nos encontramos con que tu ya la tenías. Es más, déjame hablar con ella, seguro es mas inteligente que tu.—dijo la voz del otro lado de la línea con cierto tono de burla.

— No lo haré.—respondió al instante el rubio.

—Entonces cortaré y no volverás a ver a tu querida Emma.

—¡No! espera, está bien.— respondió Mikey.

—Perfecto, pásamela.—dijeron del otro lado.

Mientras Mikey le hacía señas a Akira para que tomara el teléfono. Cuando los dedos de Akira tomaron aquel aparato habló en tono firme.

—¿Quién carajos eres?— preguntó la pelinegra.

— Hola, pequeña Akira. Tengo un negocio para ti.— dijo, haciendo caso omiso a su pregunta.

—Te escucho.— respondió la pelinegra.

—Bien.—silencio.— Les daremos a Emma con una sola condición.—dijo la voz del otro lado.

— ¿Cuál?

—Tú.—cuando Akira escuchó aquella respuesta confirmó lo ya sospechaba pero aún así preguntó.

—¿Para qué?— preguntó la pelinegra.

—Seré honesto, linda. Tienes lo que necesitamos. Así que si quieres que la linda Emma viva, trabaja para nosotros, de lo contrario te mandaremos su cabeza en una caja.— respondieron del otro lado.

—¿Ella está bien?.— preguntó Akira haciendo caso omiso a lo que habían dicho del otro lado.

— Sí, y así seguirá si aceptas la oferta.— respondieron.

La cabeza de Akira era un lío de planes para salvar a Emma sin poner su vida  y la de la toMan en riesgo, pero por más que buscaba, no encontraba ninguna forma donde salgan vivos todos.

A menos que...

Lo haré...

𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 | 𝐁𝐚𝐣𝐢 𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞. [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora