𝟏𝟒

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Los días pasaban y cierta azabache sentía que cada vez estaban más cerca de su objetivo. Sacrificó horas de sueños y días sin comer pero al final, todo valdría la pena.

¿verdad?

Akira se encontraba junto a Baji viendo papeles que demostraban que Kisaki y su padre estarían este fin de semana en un club en la afueras de Tokyo, la oportunidad perfecta, pensaba ella.

—¡Akira!— la puerta fue abierta de par en par dejando ver a un Draken bastante agitado.— Encontramos algo, necesitamos que lo veas.

—¿Draken? ¿Qué ocurre?—preguntó Akira mientras se disponía a ir tras Draken junto a Baji.

—Es sobre Kisaki...y—vio fugazmente a su amiga y suspiró.— Shinichiro.— dijo sin más causando que la pelinegra parara en seco.

— ¿Por qué Shinichiro tendría que ver con todo esto, Draken?— preguntó.

—Solo ven y lo verás.—respondió Draken sin cortar el paso.

Cuando los tres llegaron al salón donde trabajaban los demás miembros, inmediatamente todos los ojos que estaban en la habitación se posaron en alguien en especifico, todos queriendo informarle lo que habían encontrado pero ninguno se animaba a siquiera respirar cerca de ella.

—¿Alguien puede decirme que demonios está pasando aquí y por qué todos me miran como si mi maldito perro hubiera muerto?— preguntó con molestia al ver que nadie tenía intenciones de hablar sobre el por qué la habían citado allí.

—Akira...—Kazutora decidió ser el que le informara pero al momento en que la pelinegra posó su vista en el se arrepintió pero aún así, habló.— El está vivo, Akira. Shinichiro está vivo.

—¿De qué mierda estás hablando Kazutora?— preguntó Akira con la molestia corriendo por sus venas, mientras se acercaba a el escritorio donde se encontraba Mikey con la cabeza gacha.— Esto es una puta broma, ¿no, Mikey?

—No, Akira, Shinichiro está vivo y trabaja para tu padre.— respondió secamente Mikey mientras seguía con su mirada pegada a unos papeles que comprobaban lo que decía.

—Es una puta locura...—murmuró.—¡Nosotros enterramos a Shinichiro! ¡nos dijeron que el había muerto!— respondió Akira mientras su respiración y pulso aceleraban considerablemente.

—Akira, relájate, tenemos que saber la razón del por qué está ahí, no sacaremos conclusiones precipitadas, ¿de acuerdo?— habló esta vez Izana quien se mantenía tranquilo pero por dentro la confusión lo estaba matando.

Los tres que habían llegado se sentaron para que Mikey les informara sobre Shinichiro.

—Estuvimos viendo las grabaciones del club que suelen frecuentar los altos mandos de Valhalla y en una de esas grabaciones pudimos notar algo raro, notamos a Shinichiro, al principio creimos que solo nos habíamos confundido porque se lo en una fracción de segundos, pero al investigarlo más, nos dimos con que sí, era el.—dijo seriamente Mikey.

—Mikey, esto no tiene sentido, ¿por qué Shinichiro estaría trabajando junto a ese hombre? ¿el nos traicionó?— preguntó Akira con la confusión reflejada en su rostro.

—No lo sé, pero le peguntaremos.—respondió Mikey.

—¿Y cómo harás eso? Te recuerdo que el cree que nos tragamos el cuento de que estaba muerto y debe haber una razón por la cual se mantiene con un perfil bajo.— respondió ella.

Algo no estaba cuadrando o será que...

—Lo sé, Akira, pero el también frecuenta ese puto club, por trabajo tal vez, pero nunca falta.— dijo suspirando Mikey mientras llevaba un mano a su frente para masajearla.

𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 | 𝐁𝐚𝐣𝐢 𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞. [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora