𝟏𝟗

219 35 8
                                    

Habían pasado algunas horas desde que Akira había dejado un Baji destrozado en medio de una calle, a la luz de la solitaria y triste luna. Y ahora el pelinegro se encontraba en el bar de la mansión Sano con una botella de whisky en sus manos, algún que otro miembro de la toman habían visto que el azabache no se encontraba muy bien sin embargo decidieron no entrometerse.

Keisuke se encontraba sentado en aquel lugar, ¿cuántas botellas se había tomado ya? Ni el mismo lo sabía, pero el alcohol ahora era lo único que según el necesitaba. 

Y mientras se hundía en el mundo del alcohol, los recuerdos con la pelinegra lo golpearon con fuerza.

Kei, ¿algún día te aburrirás de mí?preguntó Akira mientras se acomodaba en la cama para ver mejor a Baji.

Jamás podría aburrirme de ti, princesa. ¿Tu me dejarías?preguntó Keisuke mientras acariciaba el cuerpo desnudo de su amante.

Eso es imposible, no podría dejarte jamás.respondió la azabache con el ceño fruncido.

¿Lo prometes?

-Te lo prometo, Kei.

Keisuke se encontraba devastado, las lágrimas aún seguían recorriendo todo su rostro con amargura.

—Eso era un montón de mierda, ¿no es así Kira?—murmuró Baji para si mismo.

—Yo creo que no, siempre hay una razón para todo, Baji.—la voz de Mikey sonó en el lugar.

—¿Qué diablos quieres, Mikey?—preguntó con fastidio.

—Oye, aunque eres mi amigo, deberás pagarme todas esas botellas.—dijo con gracia Mikey ignorando la pregunta de su amigo.

—Lárgate, ¿quieres?—respondió Baji ya harto de escuchar a su amigo.

—Es mi casa, así que mi respuesta es no.—contestó el rubio ganándose una mirada fastidiada de parte del pelinegro.—Ya, solo venía a darte esto.—dijo Mikey mientras sacaba una sobre de su chaqueta para luego dejarla a una lado de la botella de whisky.

—¿Qué es eso?—preguntó el pelinegro.

—No lo sé.—respondió Mikey para luego irse del lugar dejando a Baji solo nuevamente.

Baji bufó para luego abrir el sobre y encontrarse con una carta con una hermosa y delicada caligrafía.

Querido Keisuke:

Lo arruiné de nuevo y lo siento, sé que mi decisión no fue de tu agrado, también sé que hubieras hecho hasta lo imposible para quedarte a mi lado pero no tienes por qué intentar hacerme sentir bien, estoy consciente de lo que estoy causando y me avergüenzo por ello.
No sé en qué momento te encariñaste conmigo, a decir verdad, ese fue tu único error, habiendo tantas personas en el mundo... ¿Por qué decidiste enamorarte de mí? De la persona más solitaria y herida que existe.
Cargo con tantos pecados que seguro perdiste la cuenta, pero... aún así, tú te enamoraste de mí y mi sonrisa vacía, junto a mis pensamientos deprimentes.
Juro que trato de entender y buscar una buena razón pero me hes imposible creer que un ángel como tú haya escogido a un demonio como yo antes que al resto. Más sin embargo, tu amor no disipará la oscuridad de mi ser, solo conseguirá consumirte también a ti y eso es algo que no estoy dispuesta a hacer, solo espero que no sea demasiado tarde para decirte que no es correcto.
Acepto que me dejé llevar por mis emociones del momento y fui egoísta al aceptar que te quedaras conmigo sabiendo que esto te lastimaría tarde o temprano, pero aún así, hice caso omiso a algo que sabía que pasaría y me disculpo nuevamente por ello.
¿Sabes? Una vez escuché que la miseria ama la compañía pero... sé que yo no merezco la tuya, por eso estoy aquí, escribiendo esta carta. 

𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 | 𝐁𝐚𝐣𝐢 𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞. [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora