𝟏𝟐

336 53 9
                                    

Akira yacía sobre el frío suelo junto al hombre que amaba...aunque ella lo negase.

—Y bien, ¿qué ocurrió?—preguntó Baji después de 10 minutos de estar hundidos en el silencio.

—Mi padre está vivo.—respondió Akira con simpleza.

—¿Qué? Pero...¿cómo?— preguntó Baji con clara confusión.

—El maldito se hizo pasar por muerto y ahora trabaja con Kisaki.— contestó con la mirada pérdida.

—Mierda...

—Baji, ¿alguna vez te has preguntado de donde salí? o ¿el por qué soy como soy?— preguntó ella.

—Claro que sí, pero jamás me atreví a preguntártelo. No quería presionarte.— contestó el.

—Pues bien, llegó el momento de contártelo.— contestó para posar su mirada al frente.

—Akira, no estás obligada a hacerlo...

—No, si quiero que confíes en mí, tengo que hacerlo.—ella suspiró.— Los únicos que sabían sobre esto eran Emma, Mikey, Izana y...

—Shinichiro...— dijo inconscientemente Baji viendo a la pelinegra.

—Sí...— contestó ella cabizbaja.

—Está bien, si eso es lo que quieres, adelante.— dijo el.

—El bastardo de mi padre perdió su trabajo por ser un maldito alcohólico y por ello tuvimos que pagar Izana y yo.—dijo para luego suspirar.—Primero eran cosas sencillas, robar uno que otro bolso, pero luego ya no era suficiente. Amenazaba a Izana con que si no traía el dinero acordado me golpearía hasta matarme en frente de el, el cumplía, pero para el maldito seguía siendo poco y ahí entro yo...

                                                          Flashback...

— ¿Papá? ¿quién es él?—preguntaba una temblorosa y pequeña Akira.

—Cariño, como te portaste mal, tendré que castigarte, bueno, no yo, mi amigo de aquí.—dijo Masahiro, señalando a un hombre de cabello negro, bastante mayor.

—Pero...yo no he hecho nada, papá.— contestó la pequeña Akira.

—Claro que lo hiciste, cariño.—dijo el hombre acercándose a su hija para tomar con cariño fingido la mejilla de esta.—Te acostaste con alguno de por ahí, porque eres igual a ella, eres igual de zorra que tu madre.—dijo Masahiro mientras tomaba con más fuerza el rostro de su pequeña hija.

—Oye, dañarás la mercancía.—dijo el otro hombre.

—Sí, disculpa.—respondió mientras soltaba a la pequeña.

—¿Cuántos años dijiste que tenía?— preguntó el otro hombre viendo a la niña.

—Diez años.— respondió mientras contaba el dinero que el hombre le había dado.

—Bien, vete.

Y así el padre de la pequeña niña salía de la habitación, dejando a merced del hombre la salud e integridad de su hija.

—Bueno, bonita. Solo estamos tú y yo.

—Señor, no lo conozco, váyase de mi habitación, por favor. A mamá no le gusta que entren extraños a nuestra casa.—decía un inocente Akira.

—Ay linda, no sabes el infierno en el que te has metido.

Una Akira de diez años no entendía a lo que se refería, si ella tan solo hubiese entendido lo que aquel hombre decía...

𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 | 𝐁𝐚𝐣𝐢 𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞. [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora