13 - Solo falta que tú gustes de mí.

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Gun veía el cielo nublado por la ventana del dormitorio.

Las nubes, de un gris oscuro, anunciaban que pronto estallarían.

Eran nubes de nieve, Gun lo sabía.

Una sonrisa se grabó en sus labios, él amaba la nieve.

Mark vio al omega sonreir junto a la ventana, y no pudo evitar hacerlo también.

Su corazón se encogió un poca al pensar que le quedaban pocos días para estar junto a Gun.

Como si lo hubiera se todo, Gun bajó la vista para mirar su pecho con el ceño fruncido, luego la volvió a alzar para encontrar a Mark, quien estaba bastante sorprendido por eso.

—¿Qué pasa, Phi?

Mark no dijo nada unos segundos, hasta negar con la cabeza.

—Nada, nada...

Mark fue hacia su cama, sentándose en esta. Le dolían bastante los músculos y algo la cabeza, pensó que debía ser por toda la tensión de ese día. Entre las noticias, Gun y su celo, se sentía bastantes estresado.

Miró a Gun de nuevo, y sintió los párpados pesados.

El sábado era (junto al domingo), los únicos días que no hacía nada más que trabajar su turno en el supermercado, casi siempre los usaba para descansar o hacer tarea de la universidad, pero ese sábado parecía más especial, ya que era el último que tendría a Gun acompañándolo, y quería pasar el dia junto a él y conocerlo un poco, ya que, por más que sus lobos se quisieran y ya estuvieran a gusto entre ellos, ellos mismos, como personas, eran prácticamente desconocidos.

Un bostezo hizo que mirara la almohada con deseo.

—Gun.— lo llamó, captando la atención del chico al instante voy a dormir un rato, despiértame si necesitas algo.

Gun asintió, Mark se quitó algo de ropa para quedar solo en bóxer y la remera, dándole la espalda a todo, mirando a la pared para que no le llegara tanta luz, intentó concentrarse en el olor de Gun de las sábanas para tranquilizarse y dormir más rápido.

A punto de cqe dormido, escuchó pasos, sintió las sábanas levantarse un momento y el peso sobre esta a sus espaldas.

Se volteó instantáneamente, recibiendo a Gun, quien se acurrucó en su pecho.

Las manos de Mark rodearon la cintura de Gun, y sin querer, pasaron por debajo de la remera del omega, acariciando su piel en círculos lentos y tranquilos, mientras el omega hundía el rostro en el pecho del alfa.

Mark pudo escuchar cómo la respiración de Gun se hacía un poco más rápida y errante, lleva el a creer escuchar jadeos, cada vez un poco más fuertes y acallados por el omega, mordiéndose el labio.

El pelinegro recordó el cómo la piel de los omegas se hacían más sensibles en su celo, haciendo que un simple tacto como ese pudiera llegar a ser exitante.

Mark detuvo sus manos enseguida al pensar en eso, con los ojos abiertos de más por un leve susto, sintiendo que había hecho algo malo.

Fue cuando Gun, alzó su rostro ruborizado y con una sonrisa hacia el de Mark, estaba tan cerca que el aire que expulsó al hablar golpeó sus labios.

—Sigue, por favor.— pidió, su voz era más suave y dulce.

"¿Voz de omega?" pensó Mark, nunca había escuchado una, aunque sabía de algunos omegas que la tenían, eran muy pocos.

Gun era un omega muy especial.

Mark sintió el rubor en sus mejillas, su corazón se agitó un poco.

Sintió que eso no estaba del todo bien, Gun no debía estar en todos sus sentidos y de alguna forma sentía que se estaba aprovechando de él, pero aun así le gustaba.

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