07 - Destino o coincidencia.

140 35 4
                                    


Gun no supo a dónde se fue Mark luego de eso.

Solo sabía que no había aparecido en toda la noche, que volvió en la mañana, buscó las cosas de la universidad y se fue, ignorando sus súplicas para hablar.

Y fue cuando Gun se rindió.

Se había dejado llevar bastante por los instintos de su lobo, y los instintos no funcionaban para las personas, y menos para alguien tan poco lobo como Mark.

Mandó a la mierda su lobo interior, quién quería que el pelinegro le diera atención, y también mandó a la mierda a Mark.

Acomodó las sábanas sobre la cama alrededor de él, dejando una para cubrirse hasta tapar su cabeza, para sentirse más protegido, y solo se  quedó allí abrazando la almohada.

—Wow, llegas temprano.— dijo Plai al ver al pelinegro entrar al supermercado, no había terminado de subir la reja de la entrada y Mark solo había entrado agachándose, sin disminuir su paso apresurado.

La rubia frunció un poco el ceño al no escuchar respuesta por parte de Mark.

—¿Te pasa algo?— dijo, entrando a la sala de los empleados para ver a Mark haciendo café en la cafetera con expresión seria, pero con dejo de enojo.

El chico se encogió de hombros sin siquiera mirarla.

Plai notó las oscuras ojeras bajo los pequeños ojos de Mark.

—Mira, no te he hecho nada para que estés enojado conmigo, así que te me calmas.— el tono de Plai sonaba hartado, apenas había empezado el día y ella no estaba a soportar a un universitario actuando como un niño ofendido.

—Justamente, Plai, no me has hecho nada.— dijo, luego de unos minutos de mirarla con frialdad —Y por eso no te importa cómo mierda esté, ya que no es tu culpa.

Plai se mordió el labio con fuerza, en un acto insignificante para calmar su enojo.

—Estás peor que una niña en su primer celo, Siwat.— dijo, alzando una ceja —Tu puta madre...

Y salió del lugar, más enojada de lo que había entrado.

Mark no dijo nada resto de la mañana, haciendo su trabajo en silencio y con la expresión seria, casi molesta que cargó toda la mañana.

Plai no se molestó en hablarle, la chica también estaba ofendida por la actitud de mierda de Mark hacia ella, no le había hecho nada para ser tratada así.

Pasó su turno y Mark dejó su delantal y tomó sus cosas, sin decir nada ni despedirse, caminó hasta la universidad a paso apresurado, seguía molesto, por lo que llegó un poco más temprano a su destino.

Vio a la pelirroja bajar de una motocicleta, hablando por teléfono con una sonrisa, la que se borró rápidamente al ver la expresión seria con la que Mark la miraba.

—¿Te pasa algo, Siwat?— preguntó Mild acercándose al pelinegro.

Fue cuando Mark se dio cuenta que había detenido su paso al cruzar a la alfa de ojos claros.

Sin decir nada, continuó caminando.

Unos pasos apresurados lo siguieron y la bibliotecaria apareció a su lado, fue cuando Mark notó que la bibliotecaria era de su misma estatura.

—Tienes el mismo olor de ayer, un poco menos.— comentó —Aunque un poco diferente.

"No tomó los supresores" pensó.

Mark no respondió.

—¿Está todo bien?

El pelinegro la miró sin cambiar su expresión.

DELTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora