22 - Alfa.

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"Gun, Gun, Gun."

En su sueño, Mark parecía estar dentro de un edificio abandonado de infinitas habitaciones y pasillos, las luces no andaban aunque de alguna manera podía ver, plantas, basura y animalitos eran su única compañía en aquel lugar, aunque no lo ayudaban.

Dentro de su cabeza, se repetía una y otra vez el nombre de su omega.

En aquel lugar, sentía la presencia de Gun en cada habitación, llamándolo, aullando dentro de sí para que lo encontrara, llorando en su soledad; pero cada vez que abría una puerta la habitación estaba vacía.

Y así, pasaba a otra habitación, y él volvía a correr para intentar encontrarlo.

Repitiendo ese ciclo toda la noche, hasta despertarse, con el nombre del omega repitiéndose en sus labios y lágrimas en los ojos.

Mark negó para despejar su mente, se frotó el rostro para borrar sus lágrimas y se levantó viendo el reloj en la pared, preparándose sin ganas para ir al trabajo.

Se sentía peor que ayer.

El dolor de cabeza aún era leve, pero sabía que en cuanto se le despeje el sueño sería peor, así que tomó los medicamentos que él mismo se había recetado para al menos intentar evitarlos.

Sentía su cuerpo débil, casi adolorido; su nariz y oídos tapados lo hicieron creer que todos esos síntomas eran de una gripe, pero en su interior sabía que no era así.

Su lobo lloraba y aullaba, desconsolado, en su interior.

Extrañaba a su omega, lo necesitaba.

Mark estaba un poco confundido, pero su cabeza no lo dejaba pensar demasiado.

Él y Gun no compartían un lazo, entonces, ¿Por qué se sentía así?

¿Sería por ser predestinados?

Los predestinados son amantes de vidas pasadas, que compartieron un lazo tanto en forma humana como lobuna, y son sus lobos que recuerdan al otro, los que siguen amando, y que tienen ese lazo desde vidas atrás.

Es un lazo un poco "Débil", algo incompleto, para que sea del todo fuerte el alfa tiene que marcar al omega, fisicamente, para que estén totalmente conectados.

A Mark no le parecía tan débil.

Él sabía lo que era tener un lazo con alguien.

Cuando lo habían marcado, y había huido, había estado conectado al otro alfa, agobiado por las emociones de otra persona en él, y una extraña sensación de regresar a la provincia de Chachoengsao (que no tenía nada que ver con extrañar su casa, o su familia), no lo había disfrutado ni un poco. Pero sólo había sido cuestión de semanas para que el lazo que compartían se rompiera, supuso que ese alfa había marcado a otra persona e intentó
olvidarse.

Ese lazo emocional, propio de su lobo, que tenía con Gun era tan o más fuerte que el que había tenido antes.

Su lobo sentía que había perdido a su omega, y por más que Mark le dijera que Gun estaba bien, en algún lado, su lobo parecía no creerle.

Intentando llenarse con un poco de vida, bebió dos tazas de café antes de.salir hacia su trabajo, donde también tomó sin permiso una lata de bebida energética, como la del día anterior.

—Si no la pagas la descontaré de tu sueldo.

Ni la voz de Plai podía hacerle sentir algo de molestia, parecía que todas sus emociones se habían concentrado en dejarle paso a su tristeza.

Se encogió de hombros, sin mirar a la rubia.

Plai se preocupó un poco.

Tal como le había dicho Mild ayer, Mark apestaba a tristeza, y muy, muy debajo de todo ese agrio olor, estaba la esencia a café y algo que solo pudebsentir como "Muy fresco".

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