So Close But So Far Away.

Capítulo 8

Estaba en mi cuarto, sentada en la silla al frente del escritorio viendo fotos de mi último año de escuela, todo era tan diferente y complicado, confuso y horrible, rígido y frío. A veces desearía olvidarme de todo eso o que nada hubiera pasado, pero de haber cambiado algo, las cosas serían diferentes y no es que así todo sea perfecto pero soy feliz, estoy bien así, si hubiera cambiado algo todo sería totalmente diferente y no me gustaría cambiar nada.

Mi teléfono sonó y me sacó de ese shock mental que tanto odio, del que es tan difícil salir.

"Hola. ¿Quieres salir hoy? Estoy aburrido, sácame de aquí, por favooor." mensaje de Harold, él y su manera tan peculiar de escribir.

"Estás seguro, pero es apenas jueves. Además que podríamos hacer ¿?." le respondí al instante, a veces es tan insistente.

"Tomaré eso como un sí. Estoy afuera de tu casa en 20 minutos." este chico está loco. Ya ha hecho esto antes, prácticamente me roba de mi casa. Y sólo me da veinte minutos para que aliste todo, si lo hago esperar me lo va a recordar cuando le convenga.

Y sí, llegó a los veinte minutos, o probablemente estuvo ahí todo el día y tocó la puerta a los veinte minutos después de enviarme el mensaje. Con Harry nunca se sabe, puede que viva en mi jardín temporalmente y nadie de la casa lo sepa.

-Que linda, espero que no tengamos que cargar con una fila de animales babeando detrás de nosotros. -me dijo Harry al salir con una sonrisa cálida.

-Dm ¿Gracias? Igual. -le dije mientras besaba su mejilla. El sólo se limitó a reír por mi cumplido.

-Te voy a llevar a un lugar mágico -dijo dramáticamente e hizo una cara que sinceramente daban ganas de salir corriendo- vamos al... -hizo una pausa dramática para insertar los redobles- ¡Cine! -ahora parecía un niño pequeño que acaba de cumplir su sueño.

-Asombroso, y ¿qué vamos a ver? -dije como una niña y pegando saltitos.

-Esa nueva película, la que querías ver de súper espías.

-Oh Harry, gracias. Pero no debiste. -dije sonrojándome pero gritando de emoción por dentro.

-Claro que sí, va a ser divertido y no acepto un no por respuesta -sólo asentí y comenzamos a caminar, bueno me jaló para que caminara. El cine más cercano no quedaba lejos así que fuimos caminando. No nos gusta caminar, solo si estamos juntos, solo nosotros dos.

Llegamos y compramos palomitas combinadas medianas y solo un refresco, costumbre de nuestras madres, no tomar mucho para no ir al baño a la mitad de la película, parecemos niños.

Entramos a la sala y habían pocas personas, claro porque era jueves en la noche. Luego se apagaron las luces, la película iba a empezar.

En el transcurso de la película volví mi cabeza para acomodar mi brazo, y vi a Harry, con su expresión de concentración; estira muy poco sus labios y sus ojos se enfocan en un solo punto al mismo tiempo que posa su cabeza sobre su mano. Su respiración es suave y sus rulos tapan sus orejas de tamaño normal, aunque el crea que son pequeñas. A veces fruncía el ceño un poco cuando algo extraño pasaba, se le hacían dos arrugas arriba de la nariz y sus camanances se borraban, pero volvían a aparecer cuando había una escena graciosa. Harry tenía bastantes lunares, no tantos como yo pero sí tiene varios, los que más se resaltan son el de su cuello que se marca cuando esfuerza su voz o se retuerce y el que está un poco más abajo de su boca, al cual me gusta tocar repetidas veces hasta que él se canse. Ese chico raro de rulos era todo lo que siempre había querido, alguien que me entendiera y me aconsejara, alguien que me quisiera e hiciera hasta lo imposible por mí y se hiciera tan especial para mí que yo también haría lo imposible por él. Ese chico lo es todo, es mi mejor amigo, nunca creí que hubiera alguien que me comprendiera más que mis amigas pero llegó Harry, él es como la persona más importante para mí, decirle mejor amigo no es la palabra exacta para lo que él es, es mucho más, pero tampoco es como mi hermano porque los hermanos no son tan asombrosos, él es simplemente Harry, mi Harry.