Capítulo 12

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Desperté con los rayos de sol en mi cara porque la cortina se había abierto levemente, el sol estaba brillando muy poco ya que estaba tapado parcialmente por las nubes, el aire gélido se colaba en todo mi sistema, al abrir los ojos me estiré aún acostada y bostecé ligeramente y vi las cobijas mullidas que me cubrían en mi habitación, me sentí feliz de estar ahí y no en... Otro lugar. Por mi mente pasaron los sucesos revividos previamente; las revelaciones de Harry, mis revelaciones, sus repetitivas disculpas, nuestra estancia juntos. Pero antes de eso un pensamiento, el primero que tuve al despertar, me hizo feliz, enérgica, emocionada y un poco agobiada, en general me hizo sentir extraña, aunque ya lo había experimentado. Hoy es ¡Cumpleaños de Kendall! No he planeado mucho pero ya pensé en algo que lo completará y lo hará único y especial. Me estreso en los cumpleaños de las personas porque quiero/necesito que sean perfectos y que las personas que cumplen años se sientan más especiales que en otros días, es una necesidad que he tenido desde que tengo memoria, no me gusta que los aniversarios o cumpleaños pasen desapercibidos, y con Kendall eso es bastante difícil ya que nunca celebró sus cumpleaños demasiado, estos se resumían en darle regalos y decirle el típico y aburrido "feliz cumpleaños" y alguna que otra vez comer algo especial y diferente, hasta que me conoció.

-¡Déjame en paz! -Exclamó mi hermana esfumando todos mis pensamientos anteriores desde su habitación al lado, seguramente regañando a mi otra hermana.

Hoy será un día cansado y sobre todo largo, cerré las cortinas y bajé las escaleras encontrando a mi papá cambiando canales del televisor y a mi mamá en la cocina con su teléfono. A pesar de que estamos en plena mañana, nueve para ser exacta, todos están despiertos y sin rastros de cansancio, los pájaros cantan afuera y el cielo sigue nublado.

-¡Buenos días! -exclamé al pie de la escalera y mi madre respondió de la misma manera y me acerqué a mi padre, quien besó mi frente y me sonrió, no lo he visto mucho esta semana, pero al fin llegó el sábado.

Abrí la nevera, saqué el jugo de naranja y los pancakes que habían desayunado esta mañana sin mí y los calenté.

-¿Tienes planes para hoy? -preguntó mi madre luego de avisarme lo que desayunaron.

-De hecho, sí. Hoy cumple años Kendall así que planeaba comprar un pastel y darle el regalo que compré la semana pasada. ¿Por qué?

-Oh, bueno. Es que hoy íbamos a ir al nuevo local de sándwiches a comer y ver qué tal está.

-Amm, no importa, vayan sin mí -dije sintiéndome un poco mal, otra vez me perdería una comida familiar por hacer algo con Kendall, siempre pasa.

-Está bien -respondió mi madre sin más, se levantó y salió de la cocina.

Comí mi desayuno y subí a alistarme para hoy, fue extraño ya que siempre pierdo tiempo haciendo nada y me alisto al último minuto. Me duché, me puse un pantalón negro, una camisa gris oscuro de manga mediana y para complementar una bandana azul metálico, me puse máscara para pestañas y me puse un poco de delineador en los ojos. Tomé mi teléfono y le marqué a Harry, quien respondió a los pocos segundos.

-¿Diga? ¿Se le ofrece algo, señorita?

-Hola, Hazz -respondí entre risas- Necesito tu ayuda hoy, ¿Estás libre?

-Para ti, siempre. ¿Qué necesitas y... Por qué estás despierta tan temprano? Esto es sospechoso y, por favor dime que no me necesitas de inmediato porque me acabo de despertar.

-Te doy una hora...

-¿Una hora y media? -interrumpió.

-Está bien, a las once y media. Tenemos que comprar algo, ponte algo bonito. ¡Ah! Y necesito a Niall, necesito que muevas su trasero hasta el centro comercial, ahí nos vemos.

So Close But So Far Away.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora