Sello de amor

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Calle;

<Serendipia> eso era Poché para mí. Mi hermosa serendipia, y me encantaba como sonaba.

En un impulso, se acercó a mi en aquella terraza que daba vista hacia una hermosa noche en Bogotá. Y nos besamos, nos besamos como si no existiera un mañana.

Porque María José Garzón, era lo más lindo que me había pasado.

Porque al estar con ella me sentía segura.

Porque estaba jodidamente enamorada de esa ojos claros, y nada podría cambiar eso.

El beso poco a poco fue subiendo de intensidad, y procedí a dar unos pasos hacia la sala para entrar al departamento.

En ningún momento separamos nuestros labios, era como si necesitáramos que nuestras bocas estuviesen juntas para poder respirar.

La pegué contra una pared de la sala sutilmente y empecé a besar su cuello, casi inmediatamente de su boca salió un gemido, provocando que mis sentidos se alteraran. Volví a su boca y dió paso para que profundizara el beso, haciéndolo más intenso y especial.

La tomé de las piernas y di algunos pasos hacia el pasillo. En un abrir y cerrar de ojos ya estábamos en mi habitación. Me incorporé en la cama y se sentó en mi regazo, pero yo quería tener el control de la situación. así que en un descuido me volteé y ahora era yo quién estaba sobre ella.

Mientras besaba su cuello, ella deslizó sus manos por mi blusa y sentí una corriente de electricidad pasar por todo mi cuerpo. Su tacto era enloquecedor. Poco a poco fue subiendo aquella prenda de ropa, hasta dejarme solo con sujetador en la parte de arriba. Casi inmediatamente yo seguí su acción, quedando ambas sin camisa.

-Me encantas- dijo mientras rozaba mi abdomen

-Tú también, me encantas- respondí

-No crees que esto está sobrando?- dijo con la respiración agitada y señaló mi ropa

-si, creo que también la tuya está sobrando- dije en un susurro y la besé con pasión y deseo, pero sobretodo con amor.

Me separé de ella, quedando cara a cara y procedí a quitarle el sujetador, deslizándolo poco a poco por su cabeza. Contemplé, cada detalle y cada línea de su perfecta figura.

-Eres preciosa- dije en un susurro

Solo se sonrojó, dejando ver una pequeña sonrisa, y de una manera delicada desabrochó mi brasier. Ahora era ella quien me observaba a mi, sus pupilas estaban dilatadas, y su mirada pasó de ser color aceituna a un tono mucho más oscuro, casi negro.

Me acerqué a ella y le pregunté

-¿Te gusta lo que ves- con una sonrisa pícara

Ella solo suspiró devolviéndome la sonrisa mientras aún estaba presente el tono carmesí en sus mejillas. Deposite un beso en sus labios y baje hacia su cuello mientras le daba pequeños y tiernos besos, llegué a sus pechos y con mis manos los acaricié, mientras escuchaba como gemia en susurros que incitaban a mi cuerpo a desearla más.

-¿Continúo?- pregunté

-Pero es que ni siquiera debías parar- Respondió mordiendo su labio inferior

Con mi boca bese su pezón izquierdo para luego lamerlo, pero ya no se escuchaban gemidos en susurros eran más fuertes, baje mis manos y desabroché aquel estorboso pantalón que por cierto le quedaba muy bien. Quité completamente aquella prenda y bajé poco a poco su ropa interior.

-¿Estás lista?- pregunté

Asintió, mirándome fijamente.

Su respiración estaba agitada y se veía algo nerviosa. En cambio yo, quizás me veía segura y tranquila por fuera pero por dentro estaba igual de nerviosa y ansiosa que ella.
Estaba nuevamente entre sus pechos bajando lentamente hacia su abdomen depositando besos hasta llegar a su zona íntima subí la mirada, ella tenía su cabeza hacia arriba, tratando de ver el techo, mientras esperaba lo que tanto deseábamos en ese momento, con mis labios acariciaba el externo de su zona íntima, abrí mi boca, saqué mi lengua y la introduje en ella, localizando su centro para acariciar y jugar con este, mientras ella solo jadeaba. Colocó sus manos en mi cabeza empujando poco a poco para que mi lengua estuviese a fondo.

Luego de eso subí hacia ella me coloque a un lado mientras besaba su cuello y ésta acariciaba mi cabeza baje lentamente mi mano derecha hacia su zona íntima e introduje dos dedos; veía como empezaba a mover su cadera al ritmo de mis movimientos.

Luego, Poché tomó el control, y realmente me sorprendió. Esa pequeñita, tenía todo lo que me volvía loca.

En esa habitación, esa noche, Poché y yo nos entregamos la una a la otra. Teniendo una conexión inigualable, que quedaría en nuestras memorias para siempre.

Les agradecería si todxs comentaran "Gracias Gigi" ella fue quien me ayudó a escribir este capítulo, y gracias a ella tienen esto hoy JAJSJAJJA un abrazo.
IamGigi_n07

¿Será que después de esto, se acercará la verdadera pesadilla? No lo sé Rick.












Niña Bonita (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora