Trash panda

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-Un trash panda especial en barquillo por favor - le dijo Isaza a la señorita que los atendía, y miró a Martín para que pudiera pedir .

-Dos - le dijo Martín a la mujer, y después se volvió hacia Isaza - Veremos si eres tan buen catador de helados - la mirada final fue algo retadora.

-Soy mejor catador de vinos - le ofreció una silla.

-En verdad?

-Algo así.

-Bueno... y que es todo lo que lleva en su auto? Se está mudando? Parece portal a Narnia.

-Sentía que le faltaba decoración a la sala.

-Cuantas salas tiene? Con todo eso podría decorar el palacio de Buckingham.

-No quieras hacerte el chistocito, que a mi no es al que le duelen las costillas de reírse.

-No me amargue más la vida, yo fui al que asaltaron - terminó algo desanimado.

Isaza le envolvió una mano entre la suyas y lo miró fijo a los ojos - la negación no te ayudara en nada - la conexión de sus miradas se interrumpió cuando la mesera dejó su pedido frente a ellos - pero por el momento no te intentaré convencer de nada, mira esto - terminó comiendo una cereza y metió el tallo a su boca - bom, un nudo - dijo dejándolo sobre la mesa.

-Sorprendente, pero no tanto - tomó la cereza de su helado e imitó la acción, movió la boca de un lado a otro, por un rato y finalmente escupió el tallo - olvídelo, es imposible - admitió un poco apenado pero con humor.

Isaza levantó su mano llamando a la mesera - señorita, nos puede traer una orden de cerezas?

La mujer asintió y se perdió entre el mostrador. Pronto tenían un platito lleno de cerezas frente a ellos.

-Así que... que se supone que significa esto?

-Significa que es la cosa más sencilla del mundo y no puedo creer que no puedes hacerlo, mira - taio al paldar.... Muerldes coa puntA y anuas - Su pronunciación extraña por seguir el procedimiento mientras lo explicaba - fácil - dejó el tallo junto al anterior en la mesa.

Marín lo miró vacilante, pero igual le siguió el juego, se puso el tallo enfrente enfatizando su agarre y siguió los pasos torpemente indicados, para su sorpresa, habían funcionado... bueno casi, sin mencionar la parte en la que casi se ahoga e Isaza debió pararse a ayudarlo.

-Si, quizá no estas hecho para esto - dijo aún sobando su espalda - señorita, le extendió el platito de las cerezas - No queremos más accidentes - explicó, y la mujer se las llevó - Dios, este no ha sido tu día - se burló tratando de subirle el ánimo.

-Si... no, creo que no - dijo empezado a comer el helado que amenazaba con derretirse.

Comió y comió, la mirada gacha, pensaba en silencio, su conciencia recordándole lo horrible que había ido su día, lo pésimo que seguiría siendo todo lo que vendría ahora, pensar de más las cosas puede jugarte en contra muchas veces, y le estaba jugando en contra ahora, comió como si eso fuera a aliviar sus pensamientos, de alguna manera funciono, su cerebro totalmente congelado dejó de pensar más que en el intenso dolor que el frío provocaba.

-Sabes que no debes comerlo todo de una vez, verdad? - dijo algo sonriente Isaza, pero había una inusual desilusión y tristeza en la cara de Martín que lo hizo preocuparse - Martín estas bien? - el menor negó con la cabeza, Isaza volteó a los lados, seguro se había contenido de soltarse en llanto por que se encontraban en un lugar público - ven, vámonos - dijo dejando un par de billetes en la mesa y acercándose a ayudar a Martín a pararse para poder irse.

-Perdón solo... debí dejarte que me llevaras a casa - dijo cuando estaban en el auto - Dios, mamá va a matarme - se regañó entre dientes.

-Es por el teléfono? - adivinó, Martín negó y sus ojos cedieron a las lagrimas.

-Igual nunca lo uso - tomó un respiro - el computador - dijo casi susurrando mientras se soltaba a llorar.

Se abrazó el estómago y poco a poco su cuerpo cayendo llevando su cabeza hacia sus rodillas, sintió un temblor recorrer su columna cuando Isaza pasó su mano por la espalda - Por eso no querías ir a casa... y tener que explicárselo a tu madre - dedujo.

Martín negó aún hecho bola - ella ni siquiera está en casa - su voz completamente cortada - dice que tiene trabajo y en realidad solo va a revolcarse con el chico de la oficina - se desahogo - y luego viene a darme el sermón de que trabaja dobles turnos para pagar la estupida computadora que acabo de perder - ya no sabría decir si su voz denotaba impotencia o furia - esto no estaría pasado si me hubiera abortado - la mano de Isaza se detuvo al escuchar esas palabras.

-Basta! Deja de decir eso! Sabes que no es cierto, esa hija de puta tiene una sola razón para seguir con los pies en la tierra, y eres tú, si no te tuviera, te aseguro que habría muerto por sobredosis hace años! - en realidad Isaza no lo sabía, pero por lo que había escuchado de la mujer, tampoco lo dudaría.

Martín lo miró sin ninguna expresión en la cara, parte de él encontraba lógica en sus palabras, pero parte de él seguía seguro de que había arruinado la vida de su madre por el simple hecho de nacer.

Una vez más como si Isaza se metiera en sus pensamientos le dijo- No arruinaste nada... quítate esa jodida idea de la cabeza - Dios, si el director lo viera hablarle así a un alumno lo despediría antes de que pudiera objetar palabra - cualquier mujer allá afuera estaría bendecida de tener un hijo como tu... con tu nobleza, simpatía, humor, cariño, mierda, esos hoyuelos, y tu comprensión, compromiso... la dedicación y esos ojos... tu visión... y es que simplemente... perfecto - sin previo aviso los unio en un beso, su cerebro aturdido por todo lo que había dicho, como sino no hubiera pensado y hubiese estado previamente programado para decirlo, su mano aferrada la mejilla de Martín, y su boca sintiendo el metal del vendolete que se alojaba en el labio ajeno; Dios, si el director lo viera en este momento no lo pensaría en despedirlo y vetarlo de todas las instituciones de aquí a China, casi se arrepintió queriendo terminar con el beso cuando sintió la mano de Martín en su nuca, abriendo los ojos de golpe y viéndolo como un pequeño niño que necesitaba de su protección. Sus mejillas aún húmedas brillando con el atardecer que se asomaba entre las colinas, se perdió en el tacto, sus ojos cerrándose de nuevo, era su alumno, él era su tutor, pero no le importaba nada, había habido algo en ese chico que desde el primer momento le enganchó, y ahora estaba besándolo en su auto después de comer un helado, claro que estaba la parte del asalto y el hospital, pero en ese momento no parecía tan importante, y casi podía apostar que Martín sentía lo mismo.

Se separaron recobrando un poco de conciencia, Martín subiendo de tonos más rápido que Toretto buscando defender a su familia. Sus ojos abriéndose como platos y su respiración amenazando con volverse irregular.

-Emm..

-yo... en

-solo..

-Digo

-Si.. em

-Creo..

-En verdad...

-Yo no se...

-Fue como...

-Ajá..

-Pero..

-Si.. si

-Solo...

-No sé qué pasó - terminó Isaza.

-Si... ni yo.

-Te pido una disculpa, no fue nada profesional de mi parte.

-Pero... lo que dijiste antes... era verdad? - otros 70 tonos se le subieron a Martín.

Isaza lo volteó a ver, no era conocido por mentir, y no comenzaría ahora - cada palabra - volteo la mirada hacia el cristal.

-No dire nada si tu no dices nada - propuso.

-De acuerdo - coincidió Isaza.

Y como si estuvieran conectados por la misma neurona el mensaje de "No decir nada" se entendió por ambos en un "Si no vamos a decir nada, vale la pena aprovechar" Se fundieron en un segundo beso mucho más necesitado e intenso. Y otro más... y otro

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